China anuncia la primera red “casi” de 10 Gigabits (Gb) del mundo que comenzará a operar este mes de abril.
Un piloto de esta red fue ensayado en Pekín, pero el gobierno prefirió elegir otra ciudad para lanzar la red de cobertura en toda una urbe.
La primera red de banda ancha que alcanzará esta velocidad del mundo se presentará en la ciudad de Xiong’an, en el condado de Sunan, provincia de Hebei, un proyecto de tecnología desarrollado por la empresa Huawei y China Unicom.
Xiong’an se presenta como una «ciudad del futuro» que se suma a una red de ciudades con la misma denominación junto a Pekín, Tianjin y Hebei, con una inversión que podría llegar a los US$ 600.000 Millones, según informó Morgan Stanley en su momento. Su objetivo es aliviar la presión sobre Pekín en materia urbanística y todo lo que ello implica.
La red anunciada ofrecerá velocidades de descarga de hasta 9,834 Mbps (o sea 0,9834 Gb), y una velocidad de carga (subida) de 1,008 Mbps (poco más de 1Gb), con una latencia de 3 milisegundos, esto es el tiempo que tarda un dato en viajar desde su origen hasta su destino.
Utilizará una Red Óptica Pasiva (PON) que permitirá descargar una película en 4K en aproximadamente 20 segundos, pero la red permite incluso la transmisión en 8k. Cuando hablamos de 4K quiere decir que tiene una resolución de imagen de aproximadamente 3840 x 2160 píxeles, lo que se conoce como Ultra Alta Definición (UHD), como punto de comparación, cuando hablamos de Full HD nos referimos a 1920 x 1080 píxeles.
Es importante detallar qué es una PON, se trata de una red que usa fibra óptica para llevar internet (y otros servicios) a los usuarios, sin necesidad de usar equipos eléctricos activos (como repetidores o amplificadores) a lo largo del trayecto y el término de “pasiva” es porque no necesita energía eléctrica en puntos intermedios entre la central emisora y los puntos finales de usuarios como hogares o empresas.
Respecto a la ciudad Xiong’an, fue construida desde cero y está habilitada o inaugurada desde 2017, esta será la primera en beneficiarse de esta tecnología. Este proyecto es impulsado directamente desde el Gobierno chino con el objetivo de crear, como mencionaba, una “ciudad del futuro”. Algo en lo que China ha tenido sus traspiés.
Anteriormente una zona rural de pantano, Xiong’an busca ser sostenible e innovadora. Incluye sistemas autónomos de gestión de residuos, infraestructura digital, alumbrado público inteligente y cámaras públicas de reconocimiento facial. Abarca casi 2.000 kilómetros cuadrados, lo que equivale a tres veces el tamaño de Nueva York.
“Xiong´an será un líder en innovación y ofrecerá numerosas posibilidades y oportunidades”, señaló Yuan Xiaodong, Director de tecnología de Xiong´an Yunwang Technology Co.
En los últimos años, las empresas estatales han establecido en la ciudad Xiong´an más de 140 instituciones públicas. Se ha conformado un emplazamiento clave que alberga empresas e instituciones reubicadas desde la ciudad de Pekín principalmente, y está tomando forma un clúster industrial que incluye negocios financieros, servicios modernos basados en la economía digital. A 2023 más de 4.000 empresas se habían registrado en Xiong’an, de las cuales más del 80% eran empresas científicas y tecnológicas que pretenden reubicarse trasladadas desde la capital y zonas vecinas. La ciudad está prevista para albergar una población de 3 Millones de habitantes, hoy ya hay 1,5 Millones establecidos.
Pero Xiong´an como proyecto futurista despierta detractores y sospechas sobre su real éxito. Esto pone un velo de dudas sobre el proyecto urbano, pero también sobre los anuncios como los de la red de 10Gb.
Se la llama la ciudad “fantasma”, ya que está mayormente deshabitada, pero esto no es nuevo, otros proyectos modernistas de China han sido cuestionados como Ordos en Mongolia Interior, enfrentando problemas de subocupación, modernidades sólo en los papeles y problemas de implementación, lo que alimenta el escepticismo sobre la viabilidad de Xiong’an y ahora la red de 10Gb.
La narrativa oficial presenta Xiong’an y este proyecto de conectividad como un éxito, pero la falta de acceso a información, noticias y datos independientes, y ante los antecedentes de manipulación de información, dejan la puerta abierta sobre el progreso real del proyecto de si efectivamente se han alcanzado o se alcanzarán los 10Gb.
Un breve repaso de proyectos y avances tecnológicos que no fueron siembra un contexto de dudas.
En 2006, el profesor Chen Jin, de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, anunció el desarrollo de Hanxin 1, que se presentaba como el primer chip de procesamiento de señales digitales (DSP) fabricado íntegramente en China. No obstante, aquel mismo año se descubrió que el dispositivo era en realidad un producto de Motorola al que solo se le habían borrado las marcas originales. El escándalo llevó a la cancelación inmediata del proyecto y a que Chen quedara vetado de por vida para recibir financiación pública en sus investigaciones.
Una década después, en 2016, se dio a conocer el Transit Elevated Bus (TEB), un concepto futurista de autobús elevado capaz de desplazarse por encima del tráfico. La idea prometía transformar el transporte urbano y aliviar los atascos. Sin embargo, en 2017 las autoridades detuvieron a sus promotores por fraude. El prototipo funcionaba de forma muy limitada y las pruebas en Qinhuangdao resultaron poco concluyentes. El proyecto fue abandonado y los responsables enfrentaron cargos.
En 2017, medios estatales y organismos oficiales chinos llegaron a comparar cuatro innovaciones tecnológicas modernas como los trenes de alta velocidad, los pagos móviles, el comercio electrónico y las bicicletas compartidas, con los “cuatro grandes inventos chinos” de la antigüedad (papel, pólvora, imprenta y brújula), para subrayar el liderazgo nacional. Pese a que China ha sobresalido en la implementación masiva de muchas de estas tecnologías, no fue su cuna original ni inventora. El primer tren de alta velocidad (Shinkansen) nació en Japón en 1964; el primer sistema de pago móvil (i‑mode) también se lanzó en Japón en 1999; el pionero del comercio electrónico fue Book Stacks Unlimited en EE. UU. en 1992 (posteriormente todos reconocemos el exito por Amazon y eBay); y las bicicletas compartidas ya se probaban en Europa en la década de 1990 antes de su popularización en China con Mobike y Ofo.
En 2018, la empresa Redcore afirmó haber creado el primer navegador web diseñado completamente en China. Poco después se reveló que el software se basaba en la versión de código abierto de Google Chrome, lo que desató críticas y cuestionamientos sobre toda la industria de desarrollo de software del país.
A inicios de 2020, una cadena de televisión estatal china anunció un espectáculo de Año Nuevo en Shanghái con 2.000 drones formando impresionantes coreografías aéreas en directo. Sin embargo, los vecinos informaron que nunca ocurrió y la emisora terminó reconociendo que todo había sido un montaje pregrabado, alegando “razones de seguridad”.
En el ámbito de la inteligencia artificial, China ha promocionado ampliamente sus avances, muchos de los cuales son reales. No obstante, el modelo DeepSeek (2020), presentado como una alternativa a ChatGPT con “menor inversión”, generó críticas. Expertos señalaron que sus capacidades no alcanzan el nivel de modelos como GPT‑4 y que el supuesto ahorro en hardware no se tradujo en una reducción significativa de costes. Además de demostrarse que las cifras de inversión estaban lejos de las reales y que posiblemente un contrabando de hardware tradicionalmente utilizado en IA había dotado a DeepSeek de muchas de sus capacidades.
En computación cuántica, el procesador Jiuzhang (2020) se presentó como prueba de “supremacía cuántica”, pero se terminó exponiendo que su rendimiento se limitó a tareas muy específicas, sin demostrar ventaja general sobre los sistemas clásicos. Otros proyectos, como el Sycamore de Google, han reclamado logros similares.
Finalmente, en 2023, Liu Lei, del Instituto de Tecnología de la Computación de la Academia China de Ciencias, dio a conocer Mulan, presunto lenguaje de programación autóctono de China. Más tarde se descubrió que derivaba de Python, lo que llevó a la suspensión del investigador y al abandono del proyecto dentro del ecosistema de desarrollo de software mundial.
Finalmente, el anuncio de esta primera red mundial de 10Gb. es sorprendente, y un avance que el mundo entero espera ansioso, resta por ver si puede verificarse de manera independiente y si la tecnología detrás podrá ser aprovechada fuera de las fronteras chinas, además de constituirse como producto comercial que llegue al disfrute del usuario final de Internet y otras redes de datos.
Mauro D. Ríos