Desde el primer día, el papa Francisco rompió con muchos de los protocolos tradicionales del Vaticano. Lo hizo desde los gestos, el lenguaje, la cercanía con la gente y una visión del mundo que interpela tanto dentro como fuera de la Iglesia. Para Pastorino el argentino marcó un antes y un después en el modo de ejercer el liderazgo espiritual.
“Ha desacralizado mucho el papado. Desde Juan Pablo II en adelante hubo una apertura en la comunicación, con viajes, entrevistas y presencia pública. Pero Francisco llevó eso mucho más lejos, con un estilo más rioplatense, desestructurado, que interpela por su cercanía y su forma directa de hablar”, resaltó.
Pastorino subrayó que Francisco ha logrado captar la atención más allá del ámbito religioso, sobre todo por su postura crítica ante el individualismo, el capitalismo salvaje y las desigualdades. “Su encíclica Fratelli Tutti es probablemente el documento más político de su pontificado, donde denuncia el individualismo como el gran enemigo de nuestro tiempo”, explicó.
No obstante, aclaró que no se trata de una ideología política. “A los papas muchas veces se los ha tratado de encasillar como conservadores o progresistas. Pero esas categorías no aplican. La Iglesia tiene una doctrina que no cambia, pero sí hay acentos distintos. Francisco pone énfasis en la misericordia, en los descartados, en el cuidado de la creación. Eso no lo convierte en de izquierda ni de derecha”, indicó.
Por otro lado, Pastorino remarcó que las categorías políticas modernas resultan insuficientes para comprender la mirada de los pontífices. “La Iglesia tiene 2.000 años, la izquierda y la derecha tienen poco más de 300. No se puede entender a Francisco con esos lentes”, dijo.
Incluso recordó que Juan Pablo II, a quien se tildaba de conservador, fue llamado “papa comunista” por su crítica al capitalismo salvaje, y que Benedicto XVI, con un estilo más doctrinal, también mantuvo líneas claras sobre la dignidad humana y la justicia social.
“El pensamiento social de la Iglesia pone siempre a la persona por encima del capital y por encima del Estado. Por eso no encaja con ninguna ideología totalizante”, explicó Pastorino.
Ser el primer papa latinoamericano también dejó una huella profunda en el pontificado de Francisco. “Viene de una región marcada por la polarización política, que él ha padecido y tratado de superar con una vocación reconciliadora”, afirmó.
Esa experiencia latinoamericana se expresa también en su estilo pastoral, como una persona sencillo, cercano, con sensibilidad social, y, si bien su liderazgo ha sido valorado, también recibió críticas por no adoptar posturas más duras en casos como Venezuela o Nicaragua. “Pero muchas veces esas decisiones se toman con prudencia para no exponer más a los católicos que viven en esos países”, advirtió.
Pensando en el futuro, Pastorino señaló que el próximo papa podría provenir de Asia o África, regiones donde la Iglesia está creciendo con fuerza. “Mientras en Europa se vive un declive desde los años 70, en países como Vietnam o Filipinas los seminarios están llenos. Hay una vitalidad y una fe muy fuerte en medio del sufrimiento”, comentó.
Para el docente, el pontificado de Francisco quedará marcado por su capacidad de comunicación, su estilo pastoral descontracturado y su apuesta por una Iglesia en salida. “Francisco bajó varios escalones de la sacralización del papado. Habló con todos, fue directo, y logró que lo escuchen más allá de la fe. A veces, incluso más fuera que dentro de la Iglesia”, subrayó.
El hecho de que haya pedido ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, y no en San Pedro como es tradición, es un gesto más en ese camino. Se trata de una elección personal, mariana, sencilla, indicó Pastorino.
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