Investigadores de la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC) de Rivera, trabajan en el desarrollo de soluciones verdes para enfrentar el cambio climático y promover la forestación urbana con árboles nativos.
Este trabajo, que parte de una combinación inusual, está generando una innovación con alto impacto ambiental. Se trata de una pastura invasora y dañina para el campo (el Capím Annoni) y residuos madereros de la región norte (aserrín de eucalyptus) son transformados en poderosos biofertilizantes mediante procesos químicos, físicos y nanotecnológicos.
El proyecto, titulado “Soluciones Verdes para Rivera: Innovación en Adaptación Climática y Mejora de Forestación en el Polo Educativo Superior”, busca impulsar la forestación urbana con especies nativas y contribuir a la mitigación de los efectos del cambio climático, como las olas de calor que afectan cada vez más a la ciudad.
Financiado por el Ministerio de Ambiente y la Corporación Nacional para el Desarrollo, es una de las cuatro iniciativas seleccionadas en una convocatoria para proyectos de adaptación al cambio climático en Rivera y Durazno.
“El proyecto busca en primera instancia generar un aporte al crecimiento de las plántulas en las etapas más tempranas para ayudar a promover la forestación con árboles nativos en zonas urbanas”, explicó la docente Victoria Laniella, integrante del equipo de investigación.
Este proyecto podría convertirse en una herramienta para disminuir la temperatura en la ciudad de Rivera.
El proceso se basa en la nanotecnología, que permite manipular materiales a una escala ínfima (millonésima parte de un milímetro), donde sus propiedades cambian de forma notable. El equipo de UTEC logró obtener nanopartículas metálicas a partir del “té” del Capím Annoni, que actúa como bioreductor natural, y las combinó con biocarbón (biochar) elaborado con residuos de eucalyptus grandis provenientes de aserraderos locales.
El resultado es un biofertilizante que demostró acelerar la germinación de semillas de lechuga en un 433% respecto a aquellas sumergidas solo en agua. Las pruebas se realizaron en el laboratorio de Ciencia e Ingeniería de Materiales del Instituto Tecnológico Regional Norte (ITR Norte), ubicado en el Polo Educativo Superior de Rivera.
“Estos ensayos permitieron analizar cuál era la mejor concentración de nanopartículas metálicas para promover el crecimiento sin generar contaminación del suelo”, explicó Pamela Muraro, encargada técnica del proyecto y doctora en Nanociencias.
Con el respaldo de la Intendencia de Rivera, el equipo comenzó una experiencia piloto de forestación urbana en los predios del Polo Educativo, sembrando especies nativas como el lapacho amarillo (Handroanthus albus).
Si bien las nanopartículas no demostraron ser beneficiosas para estas especies, el biochar sí mostró resultados prometedores como fertilizante natural.
La iniciativa es liderada por un equipo interdisciplinario de cinco docentes de UTEC. Además de Muraro y Laniella, participan los docentes de Física Raisi Lenz y Richard Pereira, responsables de la gestión del presupuesto y la adquisición de equipos científicos, y Cecilia Gularte, de Ingeniería en Logística, quien junto a Laniella articula con actores institucionales y coordina las actividades de divulgación del proyecto.
Con un presupuesto de 7.500 dólares y un plazo de ejecución de tres meses, el equipo logró combinar ciencia de frontera con recursos locales para ofrecer soluciones sustentables, escalables y alineadas con los desafíos climáticos del país.
Escuchá la entrevista con las investigadoras Victoria Laniella, Pamela Muraro y Raisi Lenz.
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