“Es un tema grave, que puede volverse muy grave si no se actúa rápido”, advierte Mauricio Guarinoni, director de Espacios Públicos de la Intendencia de Montevideo, en diálogo con Informativo Carve del Mediodía.
Se refiere al picudo rojo, una plaga invasora que ya ha matado más de 500 palmeras en la capital y amenaza con extenderse a otras zonas del país, como Rocha, Paysandú y Colonia.
Montevideo cuenta con 25.345 palmeras registradas, de las cuales 6.224 se encuentran en espacios públicos y 19.121 en predios privados. El problema, explica Guarinoni, es que la mayoría de estas palmeras no están bajo control del gobierno departamental, lo que dificulta el monitoreo y tratamiento de la plaga.
“No tenemos acceso a los espacios privados. Y el picudo vuela hasta cinco kilómetros. No distingue entre lo público y lo privado”, resaltó.
La Intendencia trabaja desde 2023 en el tratamiento de palmeras públicas mediante endoterapia y baños de copa. Hasta ahora se han tratado unas 1.770 palmeras. Sin embargo, los números son preocupantes: entre las palmeras que gestiona directamente la División de Espacios Públicos —unas 3.700 en total—, un 16% ya está muerto y otro 10% muestra síntomas de infestación.
Guarinoni subraya la necesidad de una estrategia nacional coordinada y reclama que el combate a esta plaga se convierta en política de Estado. “El plan de contingencia que había en el gobierno anterior no llegó a implementarse.
Hoy, con el nuevo gobierno, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) ya citó a los ministerio de Ambiente, Ganadería y el SINAE, y hay reuniones en curso. “Esperamos que en la próxima se sumen las intendencias, indicó.
El director también señaló la falta de campañas de concientización pública. “No hay información clara para los vecinos que tienen palmeras en su casa. Una campaña de bien público sería fundamental para lograr colaboración”, enfatizó Guarinoni.
La experiencia internacional —particularmente en Europa— muestra que el avance del picudo rojo puede ser devastador si no se actúa a tiempo. Mientras tanto, en Montevideo ya se comenzaron a retirar palmeras muertas, una tarea que implica altos costos logísticos.
“La extracción es fundamental para evitar que la plaga se siga propagando”, concluye Guarinoni, y llamó a una respuesta urgente. “No podemos seguir esperando. Esto hay que enfrentarlo entre todos”, advirtió.
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