Cada vez más personas, en especial jóvenes, recurren a ChatGPT no solo para estudiar, escribir textos o resolver dudas, sino también para desahogarse, pedir consejos sobre sus vínculos o simplemente sentirse escuchadas.
Algunos especialistas ven en esta tendencia una respuesta a la falta de acceso a la salud mental y al creciente aislamiento social. Otros advierten sobre los peligros de confiar en una tecnología que puede reforzar sesgos o dar consejos sin ningún aval clínico.
En medio de este debate, hay quienes defienden su uso como herramienta complementaria o como un primer paso para detectar necesidades emocionales no resueltas.
Escuchá la entrevista a Álvaro Cabana, biólogo, coordinador del programa de Ciencia de Datos y Psicometría en la Facultad de Psicología de la Udelar.
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