El bloque sudamericano firmó un tratado de libre comercio con los países del EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza), lo que marca un nuevo avance en su estrategia de inserción internacional. Para el doctor en Relaciones Internacionales, Ignacio Bartesaghi, si bien el impacto económico será limitado, representa un giro relevante en la política comercial del Mercosur.
Durante la cumbre presidencial del Mercosur en Buenos Aires, el bloque sudamericano anunció un acuerdo de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), compuesta por cuatro países: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. La noticia sorprendió por su carácter reservado durante la negociación, aunque se venía manejando hace tiempo entre cancillerías.
Bartesaghi destacó en diálogo con Informativo Carve del Mediodía que se trata de “un paso más” en la apertura del Mercosur, que busca reforzar sus vínculos globales luego del entendimiento alcanzado en diciembre con la Unión Europea. “El EFTA no tiene el peso económico de la UE, pero es un bloque con alto poder adquisitivo y una fuerte demanda de alimentos. Ahí hay una oportunidad”, explicó.
Uruguay, como país exportador, tiene intercambios principalmente con Suiza y Noruega, centrados en productos como carne, soja, semillas, pescado y preparados alimenticios. “El desafío es diversificar la canasta exportadora”, agregó Bartesaghi.
Si bien el acuerdo con EFTA no genera un impacto económico sustancial en términos absolutos, su valor está en la señal política, muestra un Mercosur dispuesto a firmar tratados comerciales tras años de estancamiento. En este sentido, puede generar presión para avanzar en la ratificación del acuerdo con la Unión Europea, aún trancado por los vetos internos en Europa, especialmente de Francia.
Consultado sobre el panorama regional, Bartesaghi señaló que el Mercosur atraviesa tensiones históricas sin resolver. La reunión en Buenos Aires mostró diferencias en el enfoque, mientras el presidente uruguayo electo Yamandú Orsi apostó por la búsqueda de consensos y un Mercosur “unido”, el mandatario saliente Luis Lacalle Pou fue impulsor de una línea más flexibilizadora. “Uruguay hoy se alinea más con la visión de Brasil, lo que puede marcar un cambio de rumbo”, apuntó.
En cuanto al comercio intra-Mercosur, el especialista alertó que Uruguay es actualmente el país más perjudicado por la caída del intercambio, especialmente con Argentina. Las persistentes trabas no arancelarias y las dificultades logísticas han afectado seriamente a los exportadores uruguayos. “El discurso es eliminar las trabas, pero los hechos no acompañan”, lamentó.
Para Bartesaghi, la posible entrada en vigor del acuerdo con la Unión Europea puede revitalizar el Mercosur desde adentro: “Hay una agenda pendiente que incluye el comercio regional, el sector automotor, el azúcar, y una mejora real de la zona de libre comercio. Si ese acuerdo se concreta, puede ser el catalizador que necesitamos”, indicó.
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