La psicóloga Anabel Beniscelli analizó en Informativo Carve del Mediodía el rol que tiene el entorno social en casos de violencia familiar, a raíz de lo que sucedió con Andrés Morosini y sus hijos.
La tragedia de Andrés Morosini, que asesinó a sus hijos en un acto de violencia vicaria, dejó a Uruguay en estado de conmoción y reabrió el debate sobre las responsabilidades en torno a estas situaciones. Para la psicóloga y profesora adjunta del Instituto de Psicología de la Salud de la Universidad de la República, Anabel Beniscelli, no se trata solo de fallas institucionales. “El ‘no te metas’ es el gran enemigo de una sociedad solidaria”, afirmó.
Beniscelli explicó que existen señales tempranas que la sociedad debe aprender a identificar. “Debemos estar atentos a las reacciones violentas y a las reacciones de tristeza de las personas. La frustración profunda puede expresarse en violencia auto infligida o hacia otros”, señaló. Recordó además que todo intento de autoeliminación constituye una alerta que requiere intervención profesional inmediata.
Sobre el concepto de violencia vicaria, indicó que es “la forma más horrorosa de todas”, porque los hijos son usados como víctimas “utilitarias” para infligir daño a la madre. También aclaró que la violencia psicológica, muchas veces menos visible, pero igualmente destructiva, puede “confiscar la voluntad de la mujer, impidiendo que denuncie o que logre cortar a tiempo con la relación violenta”.
La psicóloga remarcó la importancia del compromiso ciudadano, ya que, a su entender, en los minutos previos a una tragedia no hay política pública que alcance, y justamente, es el entorno el que puede actuar de forma más rápida, llamando al 911 o dando aviso cuando se detecta una situación de riesgo.
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