El ejército israelí inició este lunes la fase principal de su ofensiva sobre la ciudad de Gaza, donde permanecen unas 600.000 personas, la mayoría en campamentos improvisados. Según el primer ministro Benjamín Netanyahu, el objetivo es “la destrucción definitiva de Hamas”.
La operación moviliza 60.000 efectivos, tanques y drones, y está arrasando con los edificios de la ciudad. El anuncio se hizo junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, quien reiteró el apoyo militar y político de Washington a Israel, aunque persisten tensiones por el reciente ataque a Qatar.
En paralelo, una comisión independiente de la ONU acusó por primera vez a Israel de cometer un genocidio en Gaza, señalando como responsables a Netanyahu, al presidente Isaac Herzog y al exministro de Defensa, Yoav Galant. El gobierno israelí rechazó el informe y acusó a los investigadores de ser “voceros de Hamas”.
En este contexto, la presión internacional se intensifica. Más de 50 países árabes e islámicos, reunidos en Qatar, reclamaron suspender la membresía de Israel en Naciones Unidas y pidieron revisar los vínculos diplomáticos y económicos. Además, la Unión Europea votará este martes una suspensión parcial del acuerdo comercial con Israel.
Netanyahu reconoció el creciente aislamiento global y advirtió que el país deberá aplicar “medidas drásticas de autosustento económico”. Sin embargo, reafirmó que Israel no se retirará de Gaza y que planea consolidar el control total del enclave para octubre, en el segundo aniversario del ataque de Hamas.
Mientras tanto, potencias como la UE, Japón, China y Australia exigieron un alto el fuego inmediato y la entrada urgente de ayuda humanitaria para los dos millones de habitantes de Gaza.
Escuchá el informe completo del periodista Tomás Friedmann, especialista en asuntos internacionales.
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