Aunque el parque habitacional creció mucho más que la población, el economista Diego Aboal advirtió que la desocupación sigue siendo alta y refleja problemas de distribución, localización y acceso.
El Senado aprobó por unanimidad un proyecto vinculado a la política de vivienda, que ahora pasará a la Cámara de Diputados. En ese contexto, el economista Diego Aboal analizó en su columna la situación del mercado inmobiliario uruguayo, marcada por una paradoja, que es que el país tiene más viviendas que hogares, pero una de cada cinco está vacía.
Aboal recordó que “en 1908 Uruguay tenía poco más de un millón de habitantes y 151 mil viviendas”. Más de un siglo después, en 2023, el país cuenta con más de 1,6 millones de viviendas y una población que apenas supera los 3,4 millones de personas. “El número de viviendas se multiplicó por 11, mientras que la población solo lo hizo por 3,4. Hoy tenemos en promedio una vivienda cada dos habitantes”, subrayó.
Sin embargo, cuatro de cada cinco viviendas están ocupadas y una de cada cinco permanece vacía. Las causas varían según el territorio. En Maldonado y Rocha, el porcentaje de viviendas desocupadas supera el 40%, aunque la mayoría corresponde a usos temporales o segundas residencias.
En tanto, en Montevideo, la desocupación ronda el 10%, y un tercio de esas viviendas están en venta o alquiler.
El economista también analizó el vínculo entre acceso y propiedad. “Casi seis de cada diez hogares viven en una vivienda propia, mientras que un 25,5% son inquilinos o arrendatarios. Además, casi un 10% habita como ocupante o subarrendatario”, precisó.
Aboal advirtió que, a pesar del crecimiento del parque habitacional, el aumento de personas viviendo en asentamientos evidencia que el problema no es solo de cantidad, sino de distribución, localización y accesibilidad.
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