El periodista, editor, docente y gestor cultural, Alejandro Bluth, conversó con Informativo Carve del Mediodía sobre memoria histórica, periodismo, polarización social y los riesgos que plantea la inteligencia artificial en tiempos electorales. Además, se refirió al caso Vladimir Roslik, cuyo juicio oral y público contra nueve militares se retomó recientemente.
Bluth integró, junto a Juan Miguel Petit y Manuel Flores Mora, el equipo del semanario Jaque que en plena dictadura logró documentar la muerte bajo tortura del médico Vladimir Roslik. Relató las condiciones extremas en las que se realizó la investigación. “Había un miedo impresionante. Un médico testigo aceptó hablar con nosotros, pero no podía pronunciar palabra. Terminó respondiendo solo con gestos por terror a ser escuchado”, señaló.
Destacó que la pieza clave fue la valentía de la viuda de Roslik, quien insistió en una segunda autopsia y mantuvo viva la denuncia pese a las amenazas.
Bluth subrayó que, aunque su equipo hizo un trabajo profesional, la verdadera dimensión del caso la dio la actitud de la familia Roslik.
Consultado sobre la confrontación política actual, sostuvo que “el problema está en la premisa, qué tiene que ver lo partidario con hechos que están fuera de la ley y de la civilización. Torturar a un ciudadano nunca puede justificarse”.
Bluth expresó preocupación por el deterioro de la credibilidad pública, y expresó que “la gente confía cada vez menos en periodistas, políticos, sindicatos. Hay un retroceso en la confianza institucional. El país da señales preocupantes”.
Como ejemplo mencionó la presencia parlamentaria de figuras extremistas y la normalización de situaciones antes impensables.
Como judío, dijo haberse encontrado en el último tiempo con expresiones prejuiciosas disfrazadas de argumentos políticos. “El antisemitismo nunca aparece desnudo. Siempre se reviste de ideología. Pensábamos que Uruguay estaba libre de eso, pero no”, indicó.
Planteó que la sociedad está discutiendo “en un lugar” mientras los problemas más profundos “ocurren en otro”, como el avance del narcotráfico o la emigración juvenil.
En cuanto al uso de la Inteligencia Artificial (IA), expresó que es una herramienta que “llegó para quedarse”, con el que se puede engañar, estafar, manipular.
Bluth integró el proyecto Verificado durante las últimas elecciones, orientado a combatir la desinformación, y llamó a la ciudadanía a desarrollar una mirada crítica.
En otro tramo de la entrevista, reconoció que históricamente periodistas han pasado a ocupar cargos públicos (él mismo creó el Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo en la salida de la dictadura), pero advirtió que hoy la sospecha social es mucho mayor.
“El problema no es que alguien pase a un cargo. El problema es que la gente ya no confía en que puedas ejercer la profesión con la imparcialidad razonable”, señaló.
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