Desde hace tres meses, el presidente estadounidense Donald Trump intenta destrabar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Ha mantenido múltiples reuniones tanto con Vladimir Putin como con Volodímir Zelenski, pero el núcleo del conflicto (el territorio) continúa sin una salida visible.
Este martes, mientras el enviado especial de Trump, Rick Witkoff, llegaba a Moscú para una nueva ronda de conversaciones, Putin pareció públicamente con uniforme militar y anunció que las tropas rusas habían conquistado una nueva ciudad de 60.000 habitantes en Ucrania. Reafirmó además que los territorios ocupados en el este (la región del Donbás, entre el 18% y 20% del país) “son rusos para siempre”.
Putin ya mantuvo esa postura en 2014, cuando Rusia anexó Crimea y nunca más la devolvió. Hoy, tras casi cuatro años de guerra y un millón de muertos entre ambos bandos, los analistas consideran irreal esperar un retroceso de Moscú sin un escenario de guerra a gran escala contra Rusia, algo que ninguna potencia está dispuesta a asumir.
Zelenski, por su parte, resiste aceptar el planteo territorial que impulsa Trump como base del acuerdo. El presidente ucraniano advierte que, si cede, perdería el apoyo de su principal sostén, que son Estados Unidos y la Unión Europea, responsables del suministro de armas que ha permitido mantener la resistencia ucraniana más allá de las expectativas iniciales.
En la mesa de negociación hay asuntos discutibles (los 20.000 niños ucranianos trasladados a Rusia, prisioneros de guerra, cuerpos de soldados), pero el territorio sigue siendo el punto imposible.
Seis millones de ucranianos se fueron a Europa, el país está destruido y la mayoría de los soldados que mueren tienen menos de 25 años. Trump señaló que en las últimas dos semanas fallecieron 30.000 personas entre ambos bandos.
En paralelo, la Casa Blanca concentra esfuerzos en otro foco de tensión, como es Venezuela. Trump y sus asesores trabajan para lograr una salida negociada con Nicolás Maduro. Según supo el periodista de Carve, Tomás Friedmann, el presidente estadounidense descarta una intervención militar, por su potencial costo humanitario.
Ya hubo una conversación telefónica de 15 minutos entre Trump y Maduro, que terminó sin acuerdo. Washington rechaza las condiciones planteadas por Caracas, pero mantiene abierta la vía diplomática. La propuesta de Trump incluye que Maduro renuncie y se retire con su familia a otro país, sin detención.
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