La Junta Nacional de Drogas (JND) presentó la campaña Toximix, una iniciativa de prevención que busca alertar sobre los riesgos del consumo de bebidas estimulantes (energizantes) en adolescentes, especialmente cuando se combinan con alcohol.
Los datos oficiales muestran un crecimiento sostenido y preocupante del consumo. La venta de bebidas estimulantes aumentó 1.325% entre 2010 y 2024, mientras que la Quinta Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media indica que el 65,9% de los jóvenes de entre 13 y 17 años consumió este tipo de bebidas en el último año.
Uno de los datos más alarmantes es que la edad promedio de inicio es a los 13 años.
En diálogo con Informativo Carve de Fin de Semana, el director adjunto de la Junta Nacional de Drogas, Juan Triaca, explicó que el principal problema se da cuando los estimulantes se combinan con alcohol. “Estas bebidas son estimulantes desde el punto de vista neurobiológico. Cuando se mezclan con alcohol, lo que hacen es disimular los efectos de la intoxicación, lo que lleva a consumir más sin darse cuenta”, señaló.
Triaca advirtió que esta combinación triplica el riesgo de intoxicaciones graves por alcohol, un efecto que se agrava en adolescentes debido a que se trata de cerebros en pleno desarrollo.
Además, desde la JND se han registrado consultas médicas por taquicardia, temblores y otros síntomas asociados al consumo de estas bebidas, incluso sin mezcla con alcohol, en jóvenes de entre 13 y 14 años.
La campaña Toximix se diseñó a partir de datos del Observatorio Uruguayo de Drogas, junto con investigaciones cualitativas que incluyeron la opinión de adolescentes sobre cómo debería comunicarse un mensaje preventivo.
“Los propios jóvenes plantearon que los mensajes les llegan más cuando se difunden a través de sus pares y de las redes sociales”, explicó Triaca. Por ese motivo, la campaña se apoya fuertemente en influencers y plataformas digitales, los principales canales de información para esta franja etaria.
La estrategia incluyó el lanzamiento de un producto ficticio, similar a una bebida estimulante real, que luego se revela como falso para poner el foco en el mensaje central, que son los riesgos reales del consumo.
Si bien la campaña está dirigida a adolescentes, Triaca remarcó que también interpela al mundo adulto, especialmente a las familias. “Muchos padres creen que como son ‘energizantes’ no pasa nada, incluso se las compran a sus hijos. Falta información clara sobre los riesgos”, afirmó.
En ese sentido, subrayó la importancia del diálogo, la información y la fijación de límites claros y firmes, y recordó que diversos estudios muestran que la presencia de adultos que marcan normas reduce significativamente los consumos problemáticos.
La JND trabaja junto al Ministerio de Salud Pública en posibles medidas regulatorias para estos productos. Entre ellas, se evalúa limitar la publicidad, incorporar advertencias visibles en los envases y restringir la venta a menores de 18 años, al igual que ocurre con el alcohol.
“Uruguay tiene antecedentes regulatorios con productos como el tabaco y el alcohol. Esta campaña también apunta a generar las condiciones para avanzar en ese camino”, señaló Triaca.
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