El economista Aldo Lema se refirió en Informativo Carve de Cierre a qué se puede esperar de la economía uruguaya después del balotaje y de cara al próximo período de gobierno.
Según destacó, a partir del próximo año habrá aspectos estructurales del contexto externo, que se sumarán a algunas condiciones de la economía uruguaya que “determinan el desempeño casi independiente de quién será el nuevo presidente”.
Además, Uruguay tendrá poco margen de maniobra en términos de política fiscal o de política monetaria para compensar ese entorno externo, lo que marca un escenario que apuntará a cierta desaceleración de la economía uruguaya durante 2025.
En materia de aspectos exteriores, resaltó el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, que apunta a que aplicará una política de consolidación del desbalance económico, que se mantiene incluso con cierto riesgo de rebote de inflación, y con políticas proteccionistas.
Eso, a su criterio, repercutirá en la economía mundial, que se verá reflejado en un menor crecimiento global, y que, además, puede significar menor comercio a nivel mundial y precios de commodities más bajos, junto con condiciones financieras eventualmente más restrictivas.
En paralelo, dijo que “el viento norte” a nivel mundial podría transformarse en “viento norte” a nivel regional debido a que ese escenario adverso tendrá consecuencias directas en Brasil, país que depende mucho del mundo y cuya moneda depende mucho del dólar.
En el otro extremos está Argentina, indicó, que se podrá ver favorecida por la situación externa en el corto plazo. “La duda es si se van a sostener o no esas buenas noticias que se están reflejando con cierto rebote de la actividad, pero sobre todo en un fuerte encarecimiento en dólares de Argentina”, indicó.
“Ese es el panorama general que enfrenta Uruguay, de vientos mezclados, la mayoría en contra, y este viento oeste de Argentina un poquitito más favorable o menos adverso de lo que fue claramente en los años anteriores”, manifestó.
En esta línea, sostuvo que, en ese contexto, Uruguay dependerá mucho de las inversiones exteriores para crecer en el corto plazo. Para ello es necesario que el país aumente la rentabilidad y disminuya los riesgos.
“Uruguay en términos de riesgo ha hecho bastante, creo que hoy es percibido como un país de bajo riesgo, con bajo riesgo país y con en general un clima de negocios relativamente favorable”. Sin embargo, para subir la rentabilidad de las inversiones “es necesario establecer algunas medidas desde el punto de vista de las políticas públicas”, destacó.
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