El artista plástico y arquitecto Alfredo Ghierra, se ha puesto la capa de “Ghierra Intendente”, por medio de la cual se ha dedicado a defender el patrimonio arquitectónico de Montevideo.
Mediante este proyecto, que es una intervención artística con formato de falsa candidatura que lleva 15 años activa, buscó y sigue buscando visibilizar temas ausentes en las campañas electorales, especialmente la preservación del patrimonio urbano.
“El tema casi central de mi trabajo como artista, como dibujante, como cualquier expresión de arte que haga, es la ciudad”, afirmó Ghierra, al tiempo que señaló que su interés por lo político lo llevó en 2010 a imaginar un “candidato alternativo” que pusiera en agenda temas como la belleza urbana y la protección del patrimonio.
Lo que empezó como una parodia artística sin redes sociales, en 2010, se transformó en una campaña con impacto real a partir de 2015, apoyada por el Centro Cultural de España. “Nos pasó el agua por arriba”, recuerda Ghierra. “Fue de las primeras campañas hechas en redes sociales. El desafío era llegarle a la gente, más allá del nicho del arte visual”, sostuvo.
Ghierra Intendente propuso otra forma de pensar la ciudad. “No necesariamente son proyectos, a veces son formas de mirar”, explicó, a la vez que aclaró que no le interesa ser intendente, sino que lo que le importa es promover la discusión de los temas de la ciudad que no están en la agenda.
Uno de esos temas centrales para Ghierra es el estado del patrimonio construido. “Hay una desidia en el trato que le damos a la herencia construida en Uruguay que a mí me preocupa”, expresó, tras observar desde la ventana tres casas valiosas del centro, “grafiteadas, ralladas, mal conservadas”.
Las demoliciones aceleradas, la falta de controles efectivos y la ausencia de incentivos para conservar edificaciones históricas generan, a su juicio, un escenario adverso: “¿Qué estamos haciendo para que la gente cuide una vivienda de 100 años? Nada. ¿Qué estamos haciendo para que la gente demuela y construya un edificio nuevo? Todo”.
Ghierra reclama una mirada integral, que entienda el patrimonio no como un museo, sino como un espacio para habitar: “No me interesa que se salve para el turista. La ciudad se salva para que la gente viva en ella”.
Entre las pérdidas que más lo afectaron, mencionó el Palacio Jackson en Plaza Cagancha —donde hoy hay una torre vidriada— y el Club Naval del Centro, demolido en plena pandemia. También lamentó la caída de casas en barrios como el Prado y el Barrio Jardín, que sin ser “monumentos”, aportaban al conjunto urbano. “Es como una caries en una boca. Desarmás el conjunto”, graficó.
Estas reflexiones también dieron forma a su reciente documental Montevideo Inolvidable, que lleva más de 15 semanas en cartel, un récord para una producción uruguaya de este tipo. La película aborda las causas detrás de la desaparición del patrimonio, las decisiones políticas, intereses económicos, marcos legales débiles, entre otros temas. “Pensé que iba a encontrar un culpable. Lo que encontré fue un combo”, resumió.
Otro de los ejes de su preocupación es el caos visual que domina la ciudad. “Vivimos en el medio de un gran desorden visual. Los grafitis son solo una capa. También están los carteles, la publicidad en las medianeras, las pintadas políticas. No hay un criterio estético unificado”, opinó.
A su vez, planteó que mientras se reprime el arte callejero, se tolera o incluso se fomenta la contaminación visual legal. “Ponés prácticamente en el mismo nivel la marca del grafiti y la de una empresa, con la única diferencia de que una paga y la otra no”, criticó.
Consultado sobre si ve una salida a estos problemas, fue tajante. “No. Me encantaría decirte que sí, pero para empezar a solucionar un tema hay que considerarlo un problema y ponerlo sobre la mesa. Y no lo veo”, indicó.
Aunque celebró la reciente aprobación del inventario patrimonial del Centro que protege 2.932 inmuebles advirtió que aún falta una mirada integral que valore la arquitectura doméstica, la que conforma el tejido cotidiano de los barrios.
Ghierra señaló que en Uruguay las protecciones patrimoniales no vienen acompañadas de ayudas reales. “Te exoneran la contribución inmobiliaria por dos años y después te la cobran. No son generosas ni duraderas”, dijo. En otros países, expresó, esa declaratoria viene con financiamiento técnico y económico para sostener edificaciones complejas.
A modo de ejemplo, mencionó casos como la Estación Central de AFE o el edificio del Mástil en Pocitos, que tienen protección patrimonial pero están en mal estado. “Muchas veces la declaratoria no implica una mejoría”, concluyó.
“Montevideo Inolvidable” se exhibe esta semana en la Sala B del Sodre (Nelly Goitiño) a las 17 horas. Una oportunidad para mirar con otros ojos la ciudad que habitamos.
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