El doctor en Relaciones Internacionales, Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, analizó en diálogo con Informativo Carve del Mediodía el nuevo paso dado por la Comisión Europea en torno al acuerdo con el Mercosur, que incluyó la incorporación de una adenda inesperada.
“Lo que acaba de ocurrir ahora es una condición necesaria, no suficiente. Ahora inicia un proceso que ya no depende de la Comisión Europea, sino de los Estados”, explicó.
Según Bartesaghi, la adenda introducida a último momento busca responder a las exigencias de Francia y otros países con fuerte lobby agrícola. Se trata de un instrumento que incluye salvaguardias para proteger productos europeos sensibles ante posibles aumentos de importaciones desde el Mercosur.
“La Comisión Europea defiende intereses supranacionales, pero para lograr apoyos internos debió incorporar este instrumento. Lo importante es que el acuerdo se decidió enviar al Consejo, cuando estaba en duda que se hiciera”, señaló.
Ahora el proceso seguirá en el Consejo Europeo, que deberá discutir y eventualmente aprobar el acuerdo. Luego pasará al Parlamento Europeo. “Si el Consejo vota, ya aprueba el acuerdo y estaría uno de los pasos más importantes culminado”, indicó.
Bartesaghi recordó que el compromiso es que el tratado pueda firmarse en diciembre en Brasil, aunque admitió que los tiempos se han estirado. Advirtió que lo que no puede ocurrir es que este proceso se demore mucho, porque si no se cierra este año, puede ser un problema.
El especialista alertó que el mayor riesgo es que la adenda termine reabriendo la negociación con el Mercosur. “Si Europa agrega algo que cambie el mecanismo por el cual funciona la salvaguardia agrícola, eso debe ser aceptado por el Mercosur. Y ahí podría correrse el riesgo de reabrir nuevamente la negociación, como ocurrió tras la firma de 2019 con la incorporación del capítulo ambiental”, explicó.
Sobre los efectos del acuerdo, Bartesaghi destacó que el Mercosur se beneficiará más en el rubro agroindustrial, mientras que la Unión Europea tendrá ganancias en industria y servicios.
“Los europeos esperan que sus exportaciones agroalimentarias al Mercosur crezcan 50%, en particular vinos, bebidas espirituosas y chocolates. También tendrán impacto los autos, un sector muy complejo porque ni siquiera está liberalizado dentro del propio Mercosur”, afirmó.
En el plano agrícola, mencionó oportunidades para ambas partes. Sostuvo que “habrá crecimiento del comercio de vinos y quesos europeos, pero también acceso del Mercosur al mercado europeo con cuotas de carne, vino y lácteos. En definitiva, los estudios señalan que los dos bloques ganan, aunque en áreas distintas”.
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