La definición sobre la firma del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur entra en horas decisivas, en medio de una intensa presión política, negociaciones a puertas cerradas en Bruselas y advertencias cruzadas entre ambos bloques. Mientras Brasil reclama que el acuerdo se firme de inmediato, Francia e Italia continúan expresando fuertes reparos.
En ese contexto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asumió un rol central para destrabar la negociación. En las últimas horas mantuvo contactos directos con el presidente francés Emmanuel Macron, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el canciller alemán Friedrich Merz y el propio Lula. Según trascendió, fue categórica con los líderes europeos, tras 25 años de negociación no firmar el acuerdo significaría “una pérdida de credibilidad” para la Unión Europea.
Este miércoles, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea aprobaron un documento clave que establece un mecanismo de salvaguardias para proteger a los productores agrícolas europeos una vez que el acuerdo entre en vigor. El texto habilita a la Comisión Europea a suspender temporalmente las preferencias arancelarias para productos considerados sensibles (como carne vacuna, aves, soja y cítricos) si se considera que las importaciones desde el Mercosur generan perjuicios al sector agrícola europeo.
Entre los criterios definidos, se establece que un aumento de más del 8% en los volúmenes de importación o una caída de precios superior al 8% en relación con el promedio de los últimos tres años podrá ser considerado “daño grave”, habilitando la suspensión del acuerdo para esos productos y el inicio de investigaciones. En el caso de bienes sensibles, las medidas de emergencia podrían adoptarse en un plazo máximo de 21 días tras una denuncia formal de un Estado miembro o de los productores.
Además, la Comisión Europea se comprometió a exigir una mayor alineación de las normas de producción del Mercosur con los estándares europeos, especialmente en materia de bienestar animal y uso de pesticidas, y anunció un fondo de 6.000 millones de euros para subsidiar a los agricultores europeos.
El eurodiputado español Gabriel Mato, responsable del tema en el Parlamento Europeo, afirmó que el acuerdo permite “seguir adelante sin dejar a nuestros agricultores desprotegidos”, y destacó que se trata de un mecanismo “robusto, rápido y legalmente sólido”.
Este jueves llegarán a Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, en una cumbre que será determinante. Hasta ahora, las negociaciones se desarrollaron de forma virtual, pero el encuentro presencial busca destrabar las diferencias finales, en particular las objeciones de Francia e Italia.
En paralelo, el Senado francés aprobó una resolución que insta al gobierno a llevar el acuerdo ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, argumentando que el protocolo de negociación no fue el adecuado, lo que podría abrir un nuevo frente institucional.
Del lado del Mercosur, persiste el malestar por las salvaguardias unilaterales. Lula sostuvo que si el acuerdo no se firma ahora, Brasil no retomará negociaciones con la Unión Europea mientras él sea presidente. En Uruguay, el presidente Yamandú Orsi reconoció que no existe aún ninguna comunicación oficial por parte de la Unión Europea sobre la firma, la postergación o la caída del acuerdo.
La votación clave se definiría este viernes a nivel de los embajadores de los Estados miembros en Bruselas, que tienen mandato para actuar en nombre de sus gobiernos. De aprobarse, Von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, viajarían el sábado a Foz do Iguaçu para formalizar la firma del acuerdo, un viaje que, según fuentes europeas, aún no fue cancelado.
Escuchá el informe completo del periodista Tomás Friedmann, especialista en asuntos internacionales.
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