En el marco de las Jornadas Gardelianas, desarrolladas en la Biblioteca Nacional y el Palacio Legislativo, el investigador Marcelo Osvaldo Martínez reafirmó con nuevos datos la teoría de que Carlos Gardel nació en Uruguay y no en Francia. Documentos, fotografías inéditas y vínculos familiares refuerzan una historia distinta a la versión oficial.
Carlos Gardel sigue despertando pasiones y varias investigaciones sobre todo, en torno al misterio de su origen. En las recientes Jornadas Gardelianas celebradas en Montevideo, el diseñador gráfico, ilustrador y comunicador argentino, Marcelo Osvaldo Martínez, quien está radicado en España desde 2001, presentó nuevas pruebas que, según afirma, confirman el origen uruguayo del máximo exponente del tango.
Martínez explicó que su interés en Gardel comenzó desde lo musical, pero con los años entendió que era imposible comprender el origen de sus canciones sin investigar a fondo su vida personal. “Durante años daba por sentado que era francés, pero cuando empecé a revisar con más cuidado me di cuenta de que no hay motivos para pensar eso”, sostuvo.
Para el investigador, el caso debe analizarse desde dos planos, por un lado, el legal, y, por otro, el histórico. “Desde el punto de vista legal, Gardel es uruguayo nacionalizado argentino. Eso está documentado y no puede modificarse, ni siquiera con el testamento. Y desde la historia, todas las pruebas apuntan a su origen en Tacuarembó”, señaló.
Según Martínez, Gardel fue hijo de Carlos Escayola (político y militar uruguayo) y de María Leila Oliva. El nacimiento habría ocurrido en 1884, y no en 1887 como figura en documentos posteriores, lo que se explicaría por el intento de legitimar su nacimiento dentro del matrimonio entre Escayola y una hermana de María Leila. Gardel habría vivido su infancia entre Tacuarembó, Montevideo y Buenos Aires, y recién en 1899 habría tomado contacto con su familia biológica al residir en la casa de su tía Elodina Escayola, en la capital del país.
El testimonio también reconstruye los primeros pasos artísticos de Gardel en el Río de la Plata. En 1900, ya instalado en Buenos Aires, convivió en el Abasto con Alfredo Carossi (alias «El Varne») y María Escayola («La Negra María»), con quienes conformó una de las primeras parejas de tango reconocidas en la zona. Ese mismo año habrían participado de reuniones artísticas y peñas criollas en Avellaneda, junto a figuras como Arturo de Nava, Pancho Martino, el payador Betinotti y los hermanos Podestá. Una fotografía tomada en 1903, donde aparece Gardel junto a este grupo, es presentada por Martínez como una prueba fundamental. “Esa imagen descarta que sea Charles Romuald Gardes, el niño francés, porque en 1903 Gardes aún estaba en la escuela primaria”, asegura.
Otro punto clave en la investigación es el destino del niño nacido en Toulouse. Según Martínez, Charles Gardes no murió en la infancia, como se pensó por años, sino que continuó viviendo en Buenos Aires bajo otro nombre. Incluso afirma que vivió hasta 1984 y que fue quien impulsó y sostuvo la teoría del Gardel francés. “Cobró la herencia de Gardel sin ser Gardel”, denunció. Aunque no reveló aún el nombre de esta persona, adelantó que está reuniendo documentación para hacerla pública.
Respecto al vínculo de Gardel con Uruguay, Martínez detalló su relación con Tacuarembó y también con Paysandú, donde trabajó en una fonda tras la muerte de su tía. En ese contexto, habría comenzado a dar sus primeros recitales semi profesionales, recorriendo estaciones de tren durante la campaña electoral de 1900, contratado por el Partido Colorado.
Martínez afirmó que “no hay argumentos legales ni históricos que sostengan la hipótesis francesista. Todas las evidencias apuntan a Uruguay como lugar de nacimiento. Lo que falta es que se asuma oficialmente”.
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