Cuatro meses después de anunciarla, el Poder Ejecutivo envió al Parlamento finalmente el viernes pasado la venia para designar a la abogada Carolina Ache, exvicecanciller, como embajadora en Portugal.
Ache tuvo su cargo en el gobierno pasado en representación del Partido Colorado, y fue una de las precandidatas de esa colectividad en la campaña electoral del 2024, por lo que de por sí la propuesta de su nombre causó sorpresa entre propios y ajenos.
Pero además, Ache estuvo involucrada en una investigación judicial de ribetes escandalosos y que todavía no terminó: la de la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
Recordemos que Ache fue primero la única removida de su cargo por este caso, hasta que una declaración suya posterior en Fiscalía hizo caer al canciller y a la cúpula del Ministerio del Interior. Ache reveló entonces grabaciones que tenía del excanciller Francisco Bustillo pidiéndole que “perdiera” su celular antes que entregarlo a la Justicia. Esto porque en los chats de WhatsApp de Ache estaba la prueba de que en la interna del gobierno se habían manejado los antecedentes criminales de Marset antes de darle el documento.
Fue también por la declaración de Ache que ese escándalo llegó a Torre Ejecutiva, ante la información de que ella había brindado esos chats impresos y protocolizados por escribano, pero que el publicista Roberto Lafluf, entonces asesor del presidente Lacalle Pou, los destruyó antes de que llegaran a manos de un fiscal.
Tampoco es menor el dato de que su abogado en este proceso fue el Dr. Jorge Díaz, actual prosecretario de Presidencia de la República.
Escuchá la entrevista a la senadora nacionalista Graciela Bianchi.
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