La ingeniera eléctrica y doctora en telecomunicaciones, Claudina Rattaro, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, fue distinguida con el Premio L’Oréal–Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”, en su edición número 18 en Uruguay.
El reconocimiento destaca su proyecto Future-Mobnet, una iniciativa que busca crear un entorno experimental para diseñar y probar las redes móviles del futuro, como 5G y 6G, combinando tecnologías abiertas e inteligencia artificial.
Formada íntegramente en la UdelaR y oriunda de Carmelo, Rattaro es primera generación universitaria y hoy se consolida como investigadora independiente en el área de redes celulares. “Este premio llega en un momento clave de mi carrera, cuando estoy tomando la posta de mis tutores y consolidando una línea propia de investigación”, explicó.
Su vocación científica nació temprano, impulsada por el interés en la Matemática y la Física, y se consolidó al ingresar a Ingeniería Eléctrica en el año 2003, en pleno crecimiento de la telefonía celular en Uruguay. “Me fascinó entender cómo funciona una comunicación desde un teléfono, cómo se puede optimizar y mejorar”, recordó.
Dentro de la ingeniería eléctrica, Rattaro se especializó en telecomunicaciones, un área que hoy tiene incluso una carrera específica en la UdelaR (Ingeniería de Sistemas de Comunicación), que combina electrónica, telecomunicaciones y software.
Aunque el 5G ya está presente en Uruguay, Rattaro explicó que la tecnología aún no alcanzó su madurez total a nivel global. “Todavía no estamos disfrutando todo lo que prometía el 5G. Falta investigación para que despliegue todo su potencial”, señaló.
En paralelo, la 6G ya comienza a diseñarse y se espera que tenga despliegues comerciales a partir de 2030. A diferencia de generaciones anteriores, la inteligencia artificial será parte central de su arquitectura desde el inicio.
El proyecto Future- Mobnet propone fortalecer un laboratorio experimental en la Facultad de Ingeniería para crear una mini red móvil abierta, basada en tecnologías como Open RAN. A diferencia de las redes tradicionales, dependientes de grandes proveedores internacionales, estas arquitecturas permiten mayor flexibilidad, interoperabilidad y desarrollo en software.
“El objetivo es que universidades, startups y empresas de software puedan probar nuevas soluciones sin necesidad de acceder a una red comercial”, explicó Rattaro. Esto permitiría, por ejemplo, desarrollar algoritmos para optimizar el uso de recursos, mejorar la eficiencia energética o priorizar ciertos servicios, y testearlos en un entorno realista.
El premio financia un proyecto de dos años, en el que cerca del 70% de los fondos se destinarán a equipamiento para ampliar el laboratorio, y el resto a pasantías de estudiantes en centros de investigación del exterior. En total, el equipo involucra a unas 15 personas, entre investigadores consolidados, estudiantes de doctorado y maestría, y estudiantes de grado.
El impacto es múltiple, investigación de frontera, mejora en la formación de estudiantes y potencial desarrollo de soluciones exportables. “Uruguay no fabrica tecnología de telecomunicaciones, pero sí tiene un fuerte desarrollo en software. Las redes abiertas abren una oportunidad estratégica para el país”, subrayó.
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