Conaprole fue distinguida en la Cumbre Mundial de la Lechería, que se desarrolla esta semana en Santiago de Chile, con el Premio a la Innovación y Sustentabilidad Ambiental en Producción otorgado por la Federación Internacional de Lácteos (IDF).
El galardón reconoce el trabajo de la empresa en la integración de prácticas sostenibles, bienestar animal y eficiencia energética dentro del programa Tambo Sustentable, una iniciativa pionera en América Latina.
El director de Conaprole, Juan Parra, celebró desde Chile la distinción y destacó su alcance. “Es un gran honor y una enorme alegría recibir este reconocimiento. Competimos con más de 130 proyectos de 23 países en ocho categorías, y lograr un premio a nivel mundial es muy importante, no solo para Conaprole, sino para todo el país”, señaló.
Según explicó, el programa Tambo Sustentable comenzó en 2012 y hoy abarca entre el 70% y el 75% de los productores remitentes, unos 1.100 tambos. La iniciativa busca “fortalecer la adaptación y la competitividad de los campos, integrando el cuidado del medio ambiente, la eficiencia en el uso del agua y la energía, el bienestar animal y la reducción de la huella de carbono”.
El programa incluye auditorías internas y externas permanentes, con consultorías especializadas que verifican prácticas en infraestructura, tratamiento de efluentes, manejo del agua y alimentación animal. “Hay un control muy importante y una participación creciente de los productores. Refleja el trabajo conjunto de una cooperativa que mira el futuro con responsabilidad y compromiso”, subrayó Parra.
El director añadió que Conaprole no otorga un diferencial de precio por participar en el programa, pero el beneficio se traduce en reconocimiento internacional, acceso a nuevos mercados y mayor confianza de los consumidores.
Conaprole registra una huella de carbono de 0,88 kilos de CO₂ por kilo de leche, lo que la ubica en el segundo lugar a nivel mundial, detrás de Nueva Zelanda.
Además, el 80% de la energía utilizada en sus plantas proviene de fuentes renovables. “Se trabaja muchísimo en bienestar animal. Se ha reducido el uso de antibióticos y se cuida especialmente a las vacas, que son las verdaderas protagonistas de la producción”, afirmó Parra.
El dirigente, productor de la cuenca de Santa Lucía, destacó también los avances en el tratamiento de efluentes y el uso de energías renovables, aunque reconoció que “siempre hay lugar para seguir mejorando en el cuidado del agua y del medioambiente”.
El premio de la IDF coloca a Conaprole y al sector lechero uruguayo en el mapa global de la innovación sostenible, consolidando una trayectoria de más de una década en la integración de producción y responsabilidad ambiental.
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