El conflicto en la empresa láctea Claldy ingresó en una nueva etapa tras alcanzarse un acuerdo que permitió levantar los ocho despidos que mantenían paralizada la actividad sindical en la industria. Sin embargo, desde la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) advirtieron que el escenario laboral en la compañía continúa siendo “preocupante”.
En entrevista con Informativo Carve de Cierre, la dirigente Rosana Falero explicó que el acuerdo incluye la reinstalación de los trabajadores en un seguro de paro especial por cuatro meses, mientras se instala una comisión tripartita para buscar su reinserción laboral, dentro o fuera de la empresa, pero “preferentemente dentro de la zona”.
El conflicto se originó con el despido de 32 trabajadores, todos afiliados al sindicato. De ellos, 24 aceptaron el despido “por razones personales o familiares”, mientras que los ocho restantes reclamaron seguir trabajando, motivo por el cual el sindicato sostuvo la medida hasta el acuerdo alcanzado.
La dirigente reiteró que los despidos tuvieron un carácter antisindical. “Despidieron a toda la directiva actual, a la anterior y al resto de los afiliados. No hubo un solo despido de alguien no sindicalizado”, sostuvo.
Más allá de la resolución del conflicto, Falero alertó sobre el clima laboral en Claldy. Según dijo, quienes continúan en la planta, que son unos 170 trabajadores, entre Montevideo y la planta de Young, trabajan bajo presión. “Hoy los trabajadores tienen miedo hasta de pedir para ir al baño, o de tomarse la media hora de descanso que es un derecho. También les da miedo decir que no pueden quedarse horas extras”, aseguró.
Según la dirigente, la empresa no atraviesa dificultades económicas. Indicó que Claldy recibió el fondo de reconversión, incorporó maquinaria nueva y tiene altos niveles de actividad. “Los compañeros están haciendo horas extras e incluso trabajando en días de descanso. Económicamente no está mal la empresa”, aseguró.
Consultada sobre el impacto del conflicto en los tambos, Falero aseguró que el sindicato no interrumpe la recolección de leche y que existen mecanismos para evitar pérdidas. “Siempre se retira la leche. Y si un productor está por desbordar el tanque, tiene un número de Dinatra para solicitar el retiro. No se puede tirar leche”, agregó.
Sobre los videos que circulan mostrando leche derramada, la dirigente afirmó que el sindicato los ha denunciado porque no se identifica a los responsables ni se confirma que correspondan a situaciones actuales.
Falero también se refirió a la reunión que gremiales lecheras mantuvieron con el presidente de la República, donde expresaron preocupación por los conflictos laborales en el sector. Desde la FTIL comparten la inquietud y reclaman mayor participación en ámbitos clave, como el INALE.
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