Un grupo de médicos jubilados ideó en Atlántida un modelo cooperativo de cohousing para vivir la vejez entre amigos, con independencia, cuidado mutuo y conexión con la comunidad. El proyecto, sin fines de lucro, ya cuenta con terreno propio y avanza en la construcción de viviendas minimalistas.
En Uruguay, cerca de 20 mil personas viven actualmente en centros de salud o residenciales. Algunos funcionan sin fines de lucro, otros como empresas privadas.
Entre reglamentos estrictos, rutinas fijas y escasa autonomía, un grupo de médicos jubilados decidió buscar una alternativa que conciliara independencia, cuidado y vida en comunidad. Así nació Angirú, palabra guaraní que significa “compañero del alma”. La iniciativa surgió en 2019, impulsada por profesionales que compartieron militancia y trabajo en tiempos de dictadura, y que al envejecer se cuestionaron las opciones existentes. Inspirados en experiencias europeas de cohousing senior, optaron por el formato cooperativo.
El predio elegido es una chacra de 3,5 hectáreas en el paraje La Chinchilla (Atlántida, Canelones), con olivares, una casa de piedra, barbacoa y piscina. Estos serán los espacios comunitarios, en torno a los cuales se construirán viviendas minimalistas, de entre 45 y 63 m², para vivir “juntos, pero no amontonados”, como destacan los impulsores del proyecto.
El diseño contempla independencia para cada socio y áreas comunes para promover la interacción.
“La vejez no tiene por qué ser el fin de la vida ni vivirse asinados. Queremos mantener autonomía, dignidad y vínculos activos, sin ser carga para nuestros hijos”, explicó en diálogo con Informativo Carve del Mediodía, Pablo Ríos, parte del equipo que impulsa la iniciativa.
El proyecto tiene 21 integrantes y aspira a llegar a 26, con un período de tres meses de “conocimiento mutuo” para quienes se postulan. La inversión inicial ronda los 27.000 dólares por socio, para cubrir la compra del terreno y las mejoras comunitarias; cada uno financia luego la construcción de su vivienda.
La cooperativa funciona con asambleas quincenales y busca también integrarse a la comunidad local, con actividades culturales, huerta orgánica y criterios ecológicos. El sistema de saneamiento, diseñado por la Facultad de Arquitectura, es sustentable y utiliza plantas acuáticas para el tratamiento de aguas grises. El proyecto tiene interés departamental otorgado por la Intendencia de Canelones y personería jurídica reconocida por el Ministerio de Educación y Cultura, gracias a una reciente modificación legal que habilita cooperativas de servicios para la tercera edad.
Angirú integra una red de cuatro experiencias de cohousing en Uruguay, que trabajan para mejorar el marco legal y facilitar que más grupos adopten este modelo.
“Queremos dejar un camino más limpio para los que vengan después”, resaltó Luz Pereyra, otra de las integrantes de la cooperativa. “Después de cierta edad, tener un proyecto de vida es fundamental. Este es el nuestro”, agregó.
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