El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue de 700 efectivos del Cuerpo de Marines en la ciudad de Los Ángeles, en un intento por contener los disturbios generados tras las redadas migratorias masivas que su gobierno lleva adelante en varias ciudades del país.
La medida ha intensificado la crisis institucional entre la Casa Blanca y el estado de California, cuyo gobernador, Gavin Newsom, calificó la decisión como “demente” y anunció que iniciará acciones legales contra el gobierno federal.
Los Marines se suman a cientos de efectivos de la Guardia Nacional que ya patrullan las calles angelinas, en medio de una situación que ya lleva diez días de violencia. Las protestas, protagonizadas en su mayoría por inmigrantes, principalmente mexicanos, pero también centroamericanos y caribeños, se han radicalizado en las últimas horas con saqueos, incendios y ataques a comercios, según fuentes policiales.
“Está la ciudad fuera de control. Yo soy el presidente de Estados Unidos y tengo que velar por la seguridad de la gente”, afirmó Trump al justificar su decisión, al tiempo que acusó a los manifestantes de ser “agitadores profesionales”.
También sugirió que el gobernador Newsom debería ser procesado por “no garantizar el orden público”.
La intervención federal se da en un marco legal delicado, ya que, según la normativa estadounidense, el envío de fuerzas armadas a un estado sin el consentimiento de su gobernador es una acción que no tiene precedentes en al menos seis décadas.
Legisladores demócratas y también algunos republicanos cuestionaron duramente la iniciativa de Trump y alertaron sobre los riesgos de militarizar la gestión del conflicto social.
Entre tanto, los disturbios continúan en el centro de Los Ángeles, donde se ha establecido un virtual estado de sitio. Las autoridades bloquearon calles, detuvieron el tránsito y restringieron la circulación de personas. Hay centenares de detenidos, numerosos heridos y fuerzas del orden atacadas con bombas molotov y miguelitos, según reportes oficiales.
En paralelo, Europa también vive horas de conmoción. Un tiroteo ocurrido en una escuela de la ciudad austríaca de Graz dejó un saldo de diez muertos y dos heridos graves, entre ellos menores de edad. El autor del ataque fue un joven de 21 años, exalumno del centro educativo, que portaba una pistola y una escopeta. Tras la masacre, se suicidó en un baño del edificio.
El gobierno austríaco decretó tres días de duelo nacional y reforzó la seguridad en centros educativos. La Unión Europea condenó en bloque el ataque y expresó su solidaridad con las víctimas. A pesar del impacto, las autoridades descartaron la participación de otros involucrados y confirmaron que el atacante actuó solo.
En Colombia, el presidente Gustavo Petro vinculó el atentado contra el senador conservador Uribe Turbay con una “mafia internacional del narcotráfico” que, según denunció, busca desestabilizar el sistema democrático en un año preelectoral.
El ataque fue perpetrado por un sicario de 14 años, actualmente hospitalizado y bajo custodia policial. En su primera declaración ante la Justicia, el menor aseguró que lo hizo “por plata y por su familia”. La fiscalía investiga los vínculos detrás del atentado, apoyándose en imágenes que muestran al joven recibiendo indicaciones previas al disparo.
El senador se encuentra en estado crítico, con heridas graves en la cabeza, y su familia ha pedido “un milagro”. Por ser menor de edad, el atacante no será enviado a prisión, sino a un centro de reeducación para adolescentes.
En el plano global, la guerra en Ucrania se intensifica tras nuevos ataques rusos sobre Kiev, que dejaron a la capital sin suministro eléctrico. El presidente Vladimir Putin aseguró que los bombardeos son una respuesta a la destrucción de 40 aviones rusos y advirtió que “los ataques continuarán”.
Mientras tanto, en Medio Oriente, Israel mantiene su ofensiva militar sobre la Franja de Gaza. Las negociaciones por la liberación de rehenes siguen estancadas, y el primer ministro Benjamin Netanyahu ratificó que el operativo continuará “hasta eliminar el último objetivo terrorista”.
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