El economista Javier De Haedo, director del Observatorio de la Coyuntura Económica, docente en la Universidad Católica del Uruguay (UCU) y ex vicepresidente del Banco Central, se refirió en Informativo Carve del Mediodía a los cambios que necesita el país vs los cambios que tendrá realmente.
“Nuestros gobiernos han sido más parecidos que diferentes entre sí, más allá de haber pertenecido a tres partidos diferentes. Y su denominador común, casi sin excepciones, ha sido la mediocridad. Pero han sido fieles representantes de una sociedad cuyo ADN padece de esa condición. Somos un país de lucro cesante. (…) No nos causamos daño, pero dejamos pasar las oportunidades. Sólo crecemos destacadamente ante un viento de cola que nos impulse, pero nos quedamos cuando el viento cesa porque no hemos puesto un motor a nuestro velero”, así comienza la última columna de De Haedo en El País, en la que expone sobre este asunto.
“Uruguay deja pasar oportunidades, podríamos estar creciendo mucho más de lo que crecemos, y no lo hacemos. Eso es por no hincarle el diente a reformas que están pendientes desde tiempos inmemorial”, señaló el economista.
A su vez, sostuvo que en Uruguay hay una especie de “pacto social de cosas que nos gustan mucho, como la Democracia, la institucionalidad, la red de protección social, pero, para que eso siga siendo así, tenemos que hacer los deberes y tenemos que hacer cosas que no nos gustan tanto, como abrir más la economía, aggiornar las reglas del mercado laboral, bajar el peso de la mochila que es el Estado, desatar algunas vacas que están atadas y que generan renta, en detrimento de los consumidores”.
En esta línea, De Haedo indicó que los políticos uruguayos “representan muy bien a la sociedad” por lo que “no se la juegan” por aquellos cambios que saben que a los uruguayos no les gustan. “Estamos en una especie de callejón sin salida, porque para sostener las cosas que nos gustan debemos hacer cosas que no nos gustan”, enfatizó.
El economista dijo que entre los candidatos para convertirse en el próximo presidente de Uruguay no se observan liderazgos para hacer las reformas que el país necesita para crecer de mejor forma en materia económica.
Los candidatos “son todos excelentes representantes de esa mediocridad, y, por lo tanto, vamos a seguir en esa mediocridad. Tiene que haber un cambio de timón, (y debe aparecer) alguien que diga que este camino nos conduce a un callejón sin salida, y no vamos a podemos con este modelo agotado, seguir dándole a la sociedad lo que la sociedad quiere”, resaltó De Haedo.
A su vez, cuestionó las promesas que hacen los distintos candidatos que, a su criterio, serán imposibles de ejecutar si no se hacer reformas contundentes que permitan obtener mayores recursos para financiarlas. “En tiempos de campaña electoral parece que se adelantó la Navidad. Nosotros estamos en estos días en Navidad, porque hay muchos Papa Noel fuera de fecha”, sentenció.
También cuestionó lo que sucedería si se aprueba la reforma de la seguridad social, que será sometida a plebiscito junto con las elecciones nacionales de octubre. “Si se aprobara el plebiscito sería un claro caso de daño autoinflingido”, advirtió.
Según la visión del economista, Uruguay necesita realizar una reforma a la carga del Estado, que sea menos pesado para las familias y las empresas, potenciar una inserción internacional más abierta, actualizar las normas laborales, “que son la mismas de hace cien años cuando el mundo laboral es otro”, sectores que están cerrados a la competencia y que, algunos de los precios que pagamos por esos bienes y servicios son muy elevados, empresas públicas competentes, entre otras cuestiones.
En paralelo, De Haedo dijo que “hay dos bloques políticos que creen que son muy distintos entre sí, pero que son más parecidos de lo que creen y de lo que dicen”. Por ese motivo, entiende que debería haber un ámbito para discutir en las propuestas que necesita el país. Sin embargo, agregó que en los distintos períodos de gobierno, gobierne quien gobierne, “hay continuidades” en las políticas.
Esa continuidad tiene su lado bueno y su lado malo. El lado bueno, es la previsibilidad, pero el lado malo es la muy baja iniciativa para cambiar y mejorar, indicó.
Escuchá la entrevista completa.
En Soundcloud:
En Spotify: