A pocos días de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el sector avícola se prepara para un incremento de la demanda que, si bien no tiene picos tan marcados como en el pasado, se mantiene en alza constante. Así lo destacó Domingo Estévez, presidente de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (CUPRA), en diálogo con Informativo Carve del Mediodía.
“Este es un producto que hoy forma parte del consumo diario de las familias uruguayas”, señaló Estévez, marcando una transformación importante con respecto a hace 15 o 20 años, cuando la carne de pollo se consideraba más un producto de lujo.
En paralelo, aseguró que todas las empresas del sector están trabajando “a full” para cubrir la demanda sin ningún tipo de problema de suministro. Explicó que, si bien el ciclo de producción del pollo desde que nace el pollito hasta la faena es corto (unos 40 a 42 días) planificar todo el proceso requiere de mucha anticipación.
“El desafío empieza mucho antes, porque necesitamos prever cuántas gallinas ponedoras vamos a necesitar dentro de dos años”, detalló. Por eso, hoy las empresas proveedoras de aves reproductoras exigen previsiones con hasta un año y medio de anticipación, cuando antes alcanzaba con seis meses.
A nivel interno, el consumo de carne de ave viene mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años. Según datos aportados por Estévez hace cinco años, el consumo per cápita en Uruguay rondaba los 19 kilos por persona al año, mientras que el año pasado cerró en 25 kilos. En paralelo, se estima que este año el país cierre con un promedio de 26 kilos per cápita.
“El aumento se debe a que la población valora cada vez más las cualidades del pollo: es saludable, versátil y de fácil digestión”, explicó. Además, muchos profesionales de la salud recomiendan su consumo especialmente a personas mayores o con necesidades nutricionales específicas.
En cuanto a la competencia con el pollo brasileño, Estévez destacó que el producto nacional compite favorablemente, principalmente porque se vende fresco, mientras que buena parte de las importaciones llegan congeladas, aspecto que los consumidores valoran negativamente.
“La gente prefiere el producto fresco de producción nacional y nosotros podemos competir bien con Brasil en el mercado interno”, afirmó.
Si bien el foco actual está en consolidar la base del mercado interno y aumentar aún más el consumo local, desde CUPRA ya hay trabajo en marcha para dar el salto a mercados internacionales. “El objetivo no es inmediato”, aclaró Estévez, “pero estamos avanzando en la habilitación de mercados externos, evaluando productos competitivos y destinos potenciales”.
Para ello, el sector está realizando auditorías de calidad en todas las plantas de faena y estudios de competitividad con apoyo del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), con la mira puesta en un horizonte de 3 a 5 años para consolidar una presencia avícola uruguaya en el exterior.
Con un consumo interno que viene creciendo año a año y una industria que acelera su preparación técnica y productiva, la avicultura uruguaya encara 2026 y más allá con expectativas positivas.
“El dinamismo del sector y la creciente valoración del pollo saludable por parte de la población nos hacen ser optimistas”, concluyó Estévez.
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