El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) presentó este martes un plan nacional para enfrentar la garrapata, un parásito que afecta la sanidad y la producción bovina en Uruguay, y que provoca pérdidas estimadas entre 90 y 93 millones de dólares anuales.
El director de los Servicios Ganaderos, Marcelo Rodríguez, explicó en diálogo con Informativo Carve del Mediodía que la garrapata no solo provoca pérdida de peso y daños en los cueros de los animales, sino que también transmite la llamada tristeza parasitaria, una enfermedad que debilita a los bovinos y puede causar la muerte, sobre todo en los más jóvenes.
El jerarca advirtió que el mal uso de los productos químicos, como la repetición de la misma droga o la aplicación en dosis menores a las recomendadas, ha favorecido el desarrollo de resistencia múltiple en la garrapata, lo que complica su control y genera mayores costos para los productores. A esto se suma el riesgo de que queden residuos en la carne, lo que puede derivar en problemas de inocuidad y afectar la exportación.
La garrapata está presente mayormente al norte del río Negro y en zonas de Lavalleja, Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo, aunque el cambio climático, señaló Marcelo, ha favorecido su expansión a otras áreas del país.
Entre las medidas anunciadas se incluye la elaboración de planes sanitarios prediales, acordados entre productores, veterinarios acreditados y el MGAP. También el refuerzo de los controles de movimiento animal, para evitar el traslado de ganado con garrapata, el uso de la hemovacuna, que reduce las muertes por tristeza parasitaria, y la realización de análisis de multiresistencia, mediante muestras enviadas a laboratorios oficiales, para definir qué drogas son efectivas en cada establecimiento.
Rodríguez indicó además que se trabaja en cambios normativos, con la idea de volver al régimen de la ley de 2008, que prohibía el tránsito de animales con garrapata viva, dado que la flexibilización de los últimos años “no dio buenos resultados”.
Otra de las líneas de trabajo es el desarrollo de una vacuna específica contra la garrapata, que lleva adelante el Instituto Pasteur. En una primera etapa, se ensayará en unos seis mil animales, con la participación de productores y supervisión del MGAP. “Necesitamos alternativas a los productos químicos o combinaciones más efectivas, porque el problema no es solo sanitario y productivo, también impacta en los mercados internacionales”, señaló el jerarca.
Rodríguez remarcó que el éxito del plan dependerá en gran medida de la responsabilidad de los productores en el uso correcto de los tratamientos, al que calificó como un problema “cultural” comparable al uso indebido de antibióticos en la salud humana.
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