El presidente Yamandú Orsi encabezó este jueves la primera reunión de la Comisión Ejecutiva Interministerial para Asuntos de Riego. Del encuentro participaron los ministros Gabriel Oddone, Alfredo Fratti, Edgardo Ortuño y Fernanda Cardona, además del director de la Corporación Nacional para el Desarrollo, Mario Piacenza.
La coordinación de la comisión está a cargo del exministro Tabaré Aguerre, impulsor de la ley de riego, quien lideró la conferencia de prensa tras la reunión.
En este contexto, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) elaboró un informe que señala que Uruguay riega actualmente menos de 100 mil hectáreas, pero que ampliar esa superficie a más de 500 mil podría generar un impacto anual de 3.300 millones de dólares, equivalente al 3,5% del Producto Interno Bruto.
El estudio, que demandó tres años de trabajo, plantea como meta alcanzable y sostenible expandir el riego en ocho años a 300 mil hectáreas en agricultura, 200 mil en ganadería y 20 mil en lechería. Hoy, el riego se concentra en el arroz, la caña de azúcar y la horticultura protegida, mientras que en maíz y soja abarca apenas 54 mil hectáreas, equivalentes al 10% y al 2% de la superficie sembrada de cada cultivo. En lechería, la cobertura alcanza sólo al 5% de los establecimientos.
Los datos muestran que el riego permite elevar los rendimientos de maíz en 73% y de soja en 38%, multiplicar por 2,5 la producción lechera por hectárea y mejorar de forma significativa la producción de carne. Además, la expansión del riego supondría un mayor consumo de energía eléctrica por unos 100 millones de dólares al año y un incremento de la recaudación fiscal cercano a 60 millones.
Ceres advierte que para concretar ese potencial es necesario superar varios obstáculos, como los altos costos iniciales de inversión, la falta de incentivos adecuados, problemas de gobernanza y coordinación, y las demoras en la aprobación de proyectos. Según el centro, resolver estas trabas sería clave para aprovechar una de las herramientas más relevantes de crecimiento económico a mediano y largo plazo.
El estudio fue elaborado por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), liderado por el economista Martín Alesina, quien fue entrevistado por Informativo Carve de Cierre.
Fuera del arroz, que ya riega el 100% de su superficie, la adopción de esta tecnología en Uruguay es muy baja. En maíz, solo el 10% del área sembrada está bajo riego, en soja apenas un 2%, en la lechería lo utiliza alrededor del 5% de los establecimientos, mientras que, para el caso de la ganadería la adopción es aún menor.
“Se trata de una inversión inteligente, da productividad y estabilidad, un seguro ante las inclemencias climáticas”, explicó Alesina.
Lejos de representar un perjuicio, el riego puede tener efectos positivos en lo ambiental, como mayor retención de carbono en suelos y menor exposición a eventos climáticos extremos.
“Son discusiones que en el mundo desarrollado se tuvieron hace décadas. El riego bien manejado tiene un potencial enorme para Uruguay”, señaló el economista.
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