La Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) presentó un estudio sobre la evolución de la productividad laboral de las empresas uruguayas entre 2008 y 2022, elaborado por Mercedes Bosco y Gastón Carracelas a partir de datos de la Encuesta Anual de Actividad Económica del INE.
El análisis reveló un moderado crecimiento promedio de la productividad, aunque fuertemente concentrado en un pequeño grupo de empresas muy dinámicas.
En promedio, la productividad laboral creció 3,1% anual, pero en términos de mediana, que representa a la empresa “típica”, el aumento fue solo de 0,9%. Según Carracelas, esto evidencia una alta heterogeneidad, donde pocas empresas grandes con alto desempeño impulsan el promedio general.
Las empresas grandes crecieron 4,2% en productividad promedio, pero solo 0,5% en mediana. Las pequeñas y medianas crecieron menos en promedio (2,3% y 1,7%), pero superan a las grandes en mediana (1,8% y 0,8%).
Carracelas explicó que la productividad laboral no depende exclusivamente del esfuerzo del trabajador, sino también del capital disponible, la tecnología y la organización interna. “No es lo mismo un carpintero con buenas herramientas que uno sin ellas”, ilustró.
El estudio trabajó con datos de empresas con más de diez empleados, lo que excluye al 90% de las empresas uruguayas. No obstante, estas firmas representan una parte significativa del empleo y del PIB. Para cubrir ese vacío, ANDE y la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme) iniciaron encuestas específicas para empresas más pequeñas.
Entre las principales conclusiones del estudio se destacan que las empresas grandes son más productivas, en promedio; que existe gran diversidad incluso dentro de cada tramo de tamaño; que hay una persistencia en el tiempo (empresas muy poco productivas suelen seguir siéndolo, mientras que las que logran mejorar difícilmente retroceden).
Esto último sugiere que mejorar la productividad es posible, y que una vez alcanzado cierto nivel de eficiencia, es sostenible. La política pública, según Carracelas, debería enfocarse en identificar y apoyar a pequeñas empresas con potencial de crecimiento, aunque reconoce que esto no siempre es fácil de detectar ex ante.
Consultado sobre si Uruguay es comparable con otros países, el economista señaló que las conclusiones están en línea con la experiencia internacional, en especial la latinoamericana, donde predominan microempresas con escasa productividad y un reducido grupo de firmas grandes orientadas a la exportación. Además, alertó sobre la escasez de empresas medianas, un fenómeno común en la región.
Carracelas consideró que la dimensión estructural del mercado uruguayo, pequeño y relativamente cerrado, limita el desarrollo de empresas de mayor tamaño.
Por ello, concluyó que uno de los principales desafíos es abrir mercados y mejorar el acceso comercial, para permitir que más empresas puedan crecer, competir y generar mayor valor agregado por trabajador.
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