La Corte Penal Internacional de La Haya emitió órdenes de detención contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa israelí Yoav Gallant y el líder del brazo armado de Hamás, Mohamed Deif.
El tribunal declaró que tenía “motivos razonables” para creer que Netanyahu es responsable penalmente de crímenes de guerra como “la inanición como método de guerra” y “los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos”.
Netanyahu acusó a la Corte de “antisemita”, mientras que el canciller israelí afirmó que ese organismo internacional “perdió toda la legitimidad”.
Hamás, en tanto, celebró la decisión de la Corte calificándola como un “paso importante hacia la justicia”, sin mencionar que el pedido de captura también incluye a un miembro de ese grupo islamista palestino.
El periodista Tomás Friedmann, especialista en asuntos internacionales, destacó en Informativo Carve del Mediodía que era una resolución esperada, es decir que no sorprendió porque el Tribunal Penal Internacional, que había realizado la tarea de investigación sobre estos hechos, había señalado que estaban dadas todas las condiciones (2:09) para una sentencia de esta naturaleza, que tuvo inmediatamente las reacciones que eran de esperar.
La oficina del primer ministro israelí ha rechazado duramente esta resolución, dijo que el gobierno israelí, en particular Benjamin Netanyahu, no aceptará ningún tipo de presiones, por lo que no dejará su cargo, al menos hasta cumplir con todos los objetivos de Israel contra los movimientos terroristas de la zona.
El primer gobierno que reaccionó también condenando la sentencia del Tribunal Penal Internacional fue el de Estados Unidos. El Departamento de Estado ha señalado que una sentencia de esta naturaleza no contribuye en nada a la estabilidad de la región, que las acusaciones del Tribunal Penal Internacional no tienen el sustento ni tienen todas las garantías necesarias.
En este marco, la OTAN ha señalado que se está “muy lejos de un mundo que va a la paz o a la estabilidad”, y alegaba que se necesitan más armas, más municiones, más aviones y más misiles.
Rusia informó que atacó a Ucrania con un misil balístico hipersónico sin carga nuclear. El presidente Vladimir Putin dijo que fue un misil de alcance medio Oreshnik, lanzado contra una instalación del complejo militar-industrial ucraniano.
Ucrania había denunciado un ataque ruso con un misil balístico intercontinental.
Este miércoles, Ucrania usó misiles británicos de largo alcance contra territorio ruso, con autorización de Londres, y el día anterior había hecho lo mismo con misiles proporcionados por Estados Unidos.
Friedmann contó que un misil de largo alcance puede recorrer 2.000 o 3.000 kilómetros, que pesa 1.500 kilos,que vale un millón y medio o dos millones de dólares, y que tiene dos cabezas. Este misil puede lanzar desde larga distancia, que causa una destrucción terrible, cae en dos fases, y lo primero que hace es un gran agujero y después empieza a disparar el armamento explosivo que tiene en su interior, que puede ser armamento explosivo tradicional o puede tener pequeñas cabezas atómicas.
Ucrania empezó a usar, no solamente los misiles que le ha enviado Estados Unidos, sino que también los misiles shadow que le envió Inglaterra y que hoy los usó por primera vez.
El apoyo de Estados Unidos y de los países europeos se da luego de que se confirme la presencia de diez mil soldados de Corea del Norte luchando por Rusia en Ucrania, a los que sumarán otros diez mil más este fin de semana, y podría llegar cien mil más en los próximos días.
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