Claudia Conde vive desde hace 33 años en La Charqueada, un pequeño pueblo de Treinta y Tres, ubicado a orillas del río Cebollatí. Es doctora en Medicina, presidenta de la Sociedad de Medicina Rural del Uruguay y, sobre todo, una referencia para una comunidad que depende de un solo profesional para atender a casi 2.000 personas. Allí todos la conocen simplemente como “la doctora del pueblo”.
“Los que amamos la medicina rural no nos arrepentimos de lo que hacemos”, dijo, en entrevista con Informativo Carve del Mediodía. Para ella, trabajar en este lugar del interior significa ser la primera puerta de acceso a la salud, acompañar generaciones y sostener un vínculo que va mucho más allá de la consulta.
Sin embargo, advierte de la dura realidad que enfrentan los médicos de los lugares más alejados de las capitales departamentales. En su caso particular, esta localidad tiene un sólo médico: ella. Atiende en la policlínica de ASSE y en la mutualista local, donde está desde el lunes a las 8 de la mañana hasta el sábado a la misma hora. Si se enferma, la localidad queda prácticamente sin cobertura.
El estrés forma parte del trabajo cotidiano, contó. Una emergencia en la ruta, un parto inesperado o un traslado a la capital departamental pueden dejar a la localidad sin asistencia durante horas, lo que, resaltó, ocurre con frecuencia.
La realidad del médico rural es la del médico general que debe saber un poco de todo porque no hay especialistas cerca. “No somos pediatras, pero controlamos niños. No somos cirujanos, pero hacemos suturas. No somos psiquiatras y somos puerta de entrada para una depresión o un intento de suicidio”, explicó.
Según contó, la telemedicina alivió un poco el trabajo, pero no suple la presencia profesional. En muchas localidades de menos de 500 habitantes, donde no hay un médico fijo, la atención depende de las rondas rurales que salen desde la capital departamental cada quince días o una vez por semana.
Cuando Conde llegó a La Charqueada, la escuela tenía más de 300 niños. Sin embargo, hoy tiene poco más de 170. “Es el reflejo del declive de la natalidad y del despoblamiento de la campaña”, señaló. Cada vez menos personas viven en los establecimientos rurales y optan por dormir en el pueblo.
La población estable, más su área de influencia, ronda las 2.000 personas.
La desigualdad territorial en salud se expresa con fuerza al norte del río Negro. Según relató, el norte del país es el punto más crítico de esta situación. Allí vive aproximadamente el 17% de la población del país, pero solo trabaja el 7% de los médicos.
Además, la falta de especialistas es generalizada, por ejemplo, en el departamento de Treinta y Tres no hay dermatólogo, y tiene un solo psiquiatra para todo el departamento. A su vez, la cirugía pediátrica, por ejemplo, depende de traslados hasta Montevideo.
La Sociedad de Medicina Rural calcula que en 2011 había poco más de 120 médicos viviendo y trabajando en localidades rurales. Hoy son muchos menos.
Las razones principales son varias, entre ellas, bajos salarios (un médico de guardia rural gana alrededor de 180 pesos la hora, frente a 700–900 pesos en Montevideo), carga horaria real no reconocida (muchos llamados proponen 36 horas semanales, pero quien vive en la localidad termina cubriendo las 24 horas del día), y aislamiento profesional.
Por eso los nuevos llamados de ASSE tampoco logran resultados. “Son parches. No hay un plan real de salud rural. El país dice que quiere afincar población en la ruralidad, pero sin servicios es imposible”, afirmó Conde.
La dirigente sostuvo que, sin un diseño nacional que integre salud, educación y servicios básicos, la ruralidad seguirá perdiendo población. “La gente busca mejorar, y está bien que lo haga. Pero si no hay salud, es muy difícil que alguien decida quedarse en el interior profundo”, subrayó.
La Sociedad de Medicina Rural lleva 24 años planteando la necesidad de un Plan Nacional de Salud Rural, un marco que establezca roles, horas, complementaciones con FEMI y condiciones laborales estables.
Escuchá la entrevista completa.
En Soundcloud:
En Spotify: