El conflicto dejó dudas sobre el alcance real de los bombardeos israelíes contra instalaciones nucleares iraníes. Según el capitán de navío y experto en geopolítica, Ricardo Barboza, el objetivo de fondo es debilitar al régimen de Teherán, considerado una amenaza existencial por Israel.
Aunque el cese del fuego alcanzado con mediación de Estados Unidos sigue vigente, la tensión en Medio Oriente no se ha disipado. Barboza analizó en Informativo Carve del Mediodía las implicancias de los ataques a Irán y el complejo tablero estratégico que se configuró tras el operativo militar de Israel.
“Israel fue por la cabeza del pulpo, después de haber neutralizado a sus tentáculos como Hamás y Hezbollah”, resumió Barboza. Para el experto, los ataques contra instalaciones nucleares iraníes forman parte de una planificación de largo plazo que busca frenar la expansión de la influencia iraní y su capacidad de financiar grupos hostiles en la región.
Barboza cuestiona la efectividad total de la operación israelí. “Se atacaron entradas a instalaciones nucleares que están en gran profundidad, porque Israel no tiene armamento para destruir esos sitios desde el aire. Pero las imágenes satelitales no muestran hundimientos del terreno, lo que genera dudas sobre el impacto real”, resaltó.
Según el experto, una parte del programa nuclear podría haber sido evacuada previamente, y por eso “el programa está parado, pero no muy parado”. A esto se suma el hecho de que, pese a la ofensiva, Irán sigue siendo considerado una amenaza existencial para Israel, aunque hoy con menor capacidad de acción directa.
Uno de los objetivos no declarados, pero muy mencionados, sería debilitar al régimen de los ayatolás. “Lo que más le interesa a Israel no es qué gobierno venga después, sino que no incluya la desaparición del Estado israelí en su discurso”, explicó Barboza. Un eventual cambio de régimen en Irán implicaría, entre otras cosas, el fin del financiamiento a Hezbollah y el aislamiento de otros actores hostiles.
No obstante, advirtió que un colapso del régimen podría generar caos en un país étnicamente diverso y geopolíticamente sensible, como ha ocurrido en otros países de la región tras la caída de líderes autoritarios.
Otro punto clave del análisis fue la posibilidad de que Irán acceda a una bomba atómica. Barboza recordó que mientras India y Pakistán tienen arsenales nucleares con fines estratégicos, en el caso de Irán “el problema es que quien decide es un líder religioso guiado por la fe, no por la racionalidad”.
Además, citó antecedentes históricos para mostrar cómo las interpretaciones religiosas han cambiado en el país. “Khomeini se oponía al desarrollo nuclear por motivos religiosos, pero su sucesor lo autorizó”, indicó.
Pese a la tregua vigente, Barboza considera que la región sigue en una situación de máxima tensión. “Pueden haber dejado de golpearse con misiles por ahora, pero los objetivos de fondo siguen intactos”, indicó.
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