En el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, el Ministerio de Desarrollo Social reveló que más de la mitad de los casos reportados en 2024 involucran agresores del entorno familiar más cercano: el 56,9% fueron cometidos por hijas o hijos, el 7,5% por nietos o nietas, otro 7,5% por sobrinos o sobrinas y el 5,5% por parejas o exparejas. Además, el 82,8% de las víctimas fueron mujeres.
Consultada por Informativo Carve Fin de Semana, la directora del Instituto Nacional de las Personas Mayores (Inmayores), Lic. Marianela Larzábal, expresó que el maltrato hacia las personas mayores muchas veces permanece invisible, no solo por el lugar que ocupa la vejez en la sociedad, sino porque la violencia suele darse en espacios de intimidad y confianza, lo que dificulta su identificación y denuncia.
“No siempre se trata de violencia física. Muchas veces se manifiesta en forma de maltrato psicológico, negligencia, abuso económico o exclusión”, advirtió Larzábal.
La jerarca sostuvo que es necesario visibilizar esta problemática como una forma de violencia basada en desigualdades estructurales, que deben ser abordadas desde una perspectiva de derechos. Según dijo, la dependencia funcional, la pobreza, el aislamiento o la falta de redes también contribuyen a la vulnerabilidad de muchas personas mayores.
Desde el Mides se trabaja en campañas de sensibilización y en la capacitación de equipos en áreas como salud, servicios sociales y justicia, pero Larzábal enfatizó que la detección temprana requiere también el involucramiento de la sociedad: vecinos, cuidadores, instituciones y familiares deben estar atentos a señales de maltrato.
Por otra parte, destacó la necesidad de avanzar hacia un nuevo modelo de cuidados que promueva la autonomía y participación de las personas mayores, y no solo su atención asistencial.
“No se trata solo de proteger, sino de garantizar el derecho a una vida libre de violencias y con dignidad”, afirmó.
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