La inteligencia artificial (IA) ya forma parte de la vida cotidiana de la mayoría de los uruguayos, aunque muchos no sean plenamente conscientes de ello. Así lo revela un estudio reciente elaborado por la Universidad ORT que indaga en los usos y percepciones de la tecnología a nivel nacional.
El informe, que es el segundo de una serie de investigaciones sobre tecnología y comunicación desarrolladas por la Facultad de Comunicación, se basa en una encuesta representativa de más de mil personas mayores de 16 años en todo el país. “Queríamos saber no solo qué hace la gente con la inteligencia artificial, sino también qué piensa y qué dice de ella”, explicó Francisco Arri, doctor en Comunicación Social y secretario docente de la Escuela de Comunicación.
Uno de los principales hallazgos es que más de la mitad de los encuestados expresó preocupación por el uso de sus datos personales. También existe inquietud por el impacto de la automatización en el empleo, a mayor edad, mayor es el temor al reemplazo laboral por máquinas.
“Las personas con estudios terciarios tienden a ser un poco más optimistas frente a la inteligencia artificial que aquellas que no tuvieron esa oportunidad”, señaló Arri.
El informe muestra que la mayoría reconoce utilizar herramientas de IA de forma cotidiana, especialmente en los sistemas de recomendación de plataformas como Netflix, Spotify o YouTube. Sin embargo, el uso de aplicaciones más avanzadas, como ChatGPT o Gemini, se concentra en los jóvenes, que además son quienes muestran una visión más positiva sobre el impacto de estas tecnologías.
Entre los principales usos aparecen la búsqueda de información y el estudio, y de manera emergente, la búsqueda de autoayuda. “Es un fenómeno incipiente pero que empieza a preocupar, sobre todo por la tendencia de jóvenes que consultan a la inteligencia artificial por temas personales o psicológicos, algo que debería estar mediado por profesionales”, advirtió Arri.
Otro dato llamativo es que una parte importante de los encuestados identifica a la inteligencia artificial como potencialmente dañina para el medioambiente, debido al consumo energético y de agua que implican los centros de cómputos. “Se empieza a hablar del impacto ambiental de la IA, y eso ya forma parte de la conciencia social”, apuntó el investigador.
Además, persisten brechas generacionales, ya que, mientras solo el 27% de los jóvenes de entre 16 y 34 años afirma no usar inteligencia artificial, el porcentaje asciende al 52% entre los mayores de 65. “A veces las personas usan IA sin darse cuenta, por ejemplo, al usar Waze o asistentes digitales, pero aún hay un gran desconocimiento sobre el alcance de estas herramientas”, explicó.
El estudio forma parte de una línea de investigación más amplia que también analiza el consumo informativo y la confianza en los medios. En ese sentido, Arri destacó que los medios tradicionales y de marca continúan siendo referentes de verificación y credibilidad, pese a la expansión de las redes sociales como fuente de noticias.
“Hay una tendencia mundial de pérdida de confianza en los periodistas, pero ante situaciones críticas, los usuarios siguen valorando el rol profesional del periodismo frente a otras voces no especializadas”, concluyó.
La investigación continuará en 2026 con una etapa cualitativa que buscará profundizar en las razones detrás de estos comportamientos y percepciones.
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