Chile dio un giro político contundente con la victoria de José Antonio Kast en el balotaje presidencial. El candidato de la derecha se impuso con el 58% de los votos en una elección marcada por el voto obligatorio, una novedad que incrementó significativamente la participación electoral.
El resultado confirmó las tendencias que ya se habían observado tras la primera vuelta. Según explicó el economista Aldo Lema, el desenlace estaba dentro de lo previsible, por la suma de los apoyos de los sectores de derecha, el rechazo previo a la reforma constitucional y la baja aprobación del gobierno de Gabriel Boric anticipaban un escenario cercano al 60% para Kast.
La campaña del balotaje se definió en torno a los mismos temas que dominaron la primera vuelta, como la inseguridad, la economía y la inmigración. “Orden y progreso” fue la síntesis de las principales demandas ciudadanas, señaló Lema.
Aunque ambos candidatos partían desde posiciones ideológicas extremas, la competencia terminó disputándose en el centro del espectro político. Kast moderó su discurso hacia una centro-derecha enfocada en la gestión, mientras que la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, adoptó un perfil más cercano a la socialdemocracia.
Desde el punto de vista económico, el principal reto será reactivar el crecimiento. Chile ha crecido en torno al 2% anual durante la última década, una cifra considerada insuficiente para un país acostumbrado a tasas más altas.
Lema señaló que ese bajo dinamismo impacta en el empleo y en las expectativas de los hogares y las empresas. Si bien el contexto externo podría jugar a favor, con precios relativamente altos del cobre y el litio, Lema advirtió que el crecimiento dependerá en gran medida de la capacidad política del nuevo gobierno para destrabar inversiones y generar estabilidad.
En el plano parlamentario, Kast deberá construir una coalición sólida. Aunque está cerca de la mayoría en el Senado, en la Cámara de Diputados necesitará negociar apoyos, en un escenario que recuerda a los desafíos enfrentados por otros presidentes de la región con minoría legislativa.
El discurso de victoria de Kast, de casi una hora, se refirió al estilo de gobierno que buscará implementar. El mensaje estuvo centrado en medidas concretas, gestión y pragmatismo.
Según Lema, el presidente electo bajó las expectativas sobre resultados inmediatos y envió señales de diálogo tanto a sus aliados como a la oposición, apelando a la institucionalidad y evitando una escalada de conflictos en la calle.
En política exterior, se espera una relación más fluida con Estados Unidos, especialmente con el presidente Donald Trump, con quien el gobierno de Boric mantuvo fuertes tensiones. No obstante, Chile mantendría su histórica línea pragmática, preservando vínculos tanto con Estados Unidos como con China.
A nivel regional, el triunfo de Kast se inscribe en un contexto de avance de gobiernos de derecha y refuerza una tendencia más amplia, que es que la elección de los gobiernes se está definiendo cada vez más por problemas cotidianos como la economía, la inseguridad y el narcotráfico.
“Estos temas van a estar en el centro de las próximas campañas en países como Colombia, Brasil, Perú y también, más adelante, en Uruguay”, enfatizó Lema.
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