La cancelación del proyecto Neptuno fue celebrada como una victoria para las organizaciones sociales que se opusieron desde la presentación de la iniciativa. Cuestionaron su legalidad, el modelo de gestión y los posibles impactos ambientales. Promovieron acciones judiciales, recursos administrativos y una serie de movilizaciones.
El proyecto, impulsado por el gobierno anterior, preveía la construcción de una planta potabilizadora en Arazatí, con toma de agua del Río de la Plata y participación de un consorcio privado.
La decisión de dejarlo sin efecto fue tomada esta semana tras 90 días de revisión por parte del nuevo gobierno. El Ejecutivo propone ahora obras alternativas en Aguas Corrientes, pero sin anular el contrato firmado con las empresas.
Escuchá la entrevista con María Selva Ortiz, integrante de Redes – Amigos de la Tierra.