En el primer semestre del año, la remisión de leche aumentó un 5,7% respecto a 2024, según el INALE. Sin embargo, persisten los conflictos sindicales y se agravan las dificultades en varias plantas cooperativas.
Pese a los conflictos laborales que afectan al sector lácteo, la producción de leche en Uruguay mostró un repunte en la primera mitad de 2025. Según datos del Instituto Nacional de la Leche (INALE), la remisión a planta en junio fue de 170 millones de litros, un 10% más que en el mismo mes del año pasado. En el acumulado semestral, se alcanzaron los 924 millones de litros, lo que implica un crecimiento de 5,7% respecto a 2024.
Consultado por esta situación, el presidente del INALE, Ricardo de Izaguirre, explicó que el aumento de la productividad se debe principalmente a un año climático favorable y a la estabilidad de precios internacionales, especialmente de la leche en polvo entera, principal producto de exportación del país.
También destacó una demanda sostenida en países de África y Asia, así como limitaciones productivas en competidores como Nueva Zelanda y Europa.
Sin embargo, el crecimiento en la producción contrasta con la difícil situación que atraviesa parte de la industria. De Izaguirre calificó como “muy triste” el deterioro de varias empresas cooperativas como Calcar, Claldy y Coleme, y mencionó también los recientes conflictos en Conaprole, incluyendo el anuncio del cierre de su planta en Rivera. “Es doloroso ver cómo cooperativas, que deberían fortalecer al pequeño productor, están flaqueando”, afirmó.
Uno de los factores que agrava la situación es el estancamiento de la producción global desde hace una década, lo que ha dificultado la sostenibilidad de plantas pequeñas o con menor grado de automatización. Según De Izaguirre, la permanencia en niveles cercanos a los 2.000 millones de litros anuales se explica en gran parte por la producción de una sola empresa (Bulgheroni) que genera unos 550.000 litros diarios desde su predio en Durazno.
La pérdida de productores también preocupa: en los últimos diez años desapareció un 25% de los tambos, y entre los de menor escala, la caída fue del 40%. En departamentos como Rivera y Tacuarembó, la cifra llega al 60%.
Respecto a las medidas sindicales, De Izaguirre señaló que han generado impactos significativos, pero valoró que, en general, los trabajadores de la industria han evitado llegar al extremo de impedir el ordeñe, lo cual podría causar daños irreversibles a los animales. No obstante, admitió que se registraron al menos dos casos puntuales en los que productores se vieron obligados a tirar leche.
Finalmente, el presidente del INALE llamó a buscar soluciones conjuntas entre trabajadores, productores, empresas y gobierno. “Exportamos el 70% de nuestra leche. Eso nos pone en un escenario global muy competitivo y obliga a todos los actores a encontrar caminos comunes para mantener viva la lechería nacional”, concluyó.
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