El sistema penitenciario uruguayo alberga actualmente a unas 16.600 personas privadas de libertad, un número que sigue creciendo y que plantea desafíos sobre la rehabilitación y la reinserción. En ese marco, este jueves se vivió un hecho inédito, que fue un partido de rugby carcelario en el estadio Charrúa, con la participación de reclusos de Punta de Rieles y Santiago Vázquez, y la presencia del presidente Yamandú Orsi, que realizó el puntapié inicial.
El encuentro reunió equipos de las unidades 1 y 6 de Punta de Rieles y del Complejo de Unidades n°4 de Santiago Vázquez, como cierre del año del programa impulsado por la Unión de Rugby del Uruguay (URU), Pelota al Medio y la Fundación Fénix. La iniciativa ya funciona en 10 cárceles de todo el país y alcanza a unos 500 reclusos.
“Para muchos fue la primera vez que sus hijos los vieron hacer una actividad social fuera de la cárcel”, resaltó el referente del proyecto, Gustavo Zerbino, quien subrayó la emoción de las familias.
“Jugaron en la cancha principal del Charrúa, donde habitualmente están las selecciones de primer nivel. Y hoy estuvo lo que llaman, entre comillas, ‘lo peor de la sociedad’. Pero cuando alguien les transmite valores, confianza y respeto, ellos los internalizan”, señaló.
La Fundación Fénix trabaja en cuatro cárceles con 150 voluntarios. Según sus datos, la combinación de deporte, acompañamiento emocional y formación en valores ya muestra impactos. “En un año bajamos un 15% la reincidencia. Espartanos, el modelo argentino en el que nos inspiramos, llegó a reducirla del 80% al 6%”, señaló Zerbino.
El programa incluye entrenamientos de rugby y partidos entre unidades, cursos de valores y control emocional, y pabellones Fénix, donde los internos viven juntos bajo normas de convivencia, limpieza y respeto.
Además, acompañamiento para dejar las adicciones, una problemática que Zerbinodefinió como “el 90% de los problemas de los presos”.
También impulsa inserción laboral al recuperar la libertad. “Hoy hay 198 empresas esperando para contratar a personas que pasaron por el programa”, afirmó.
Zerbino insistió en la necesidad de que la sociedad apoye iniciativas de rehabilitación. “Salen 30 personas por día. Si no les damos herramientas, mañana podés tener uno de ellos de frente con un revólver. Pero si les transmitís respeto y los tratás como un par, eso cambia su vida”, indicó.
Aunque ya hubo antecedentes de encuentros de rugby carcelario como preliminares de partidos internacionales, esta fue la primera vez en Uruguay que tres unidades penitenciarias comparten un partido en un estadio oficial, en un espacio “neutral” y con sus familias presentes.
Zerbino contó que el presidente quedó “muy impresionado” tras escuchar a los reclusos y ver el funcionamiento del programa en primera persona.
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