Las autoridades sanitarias de Río Negro mantienen la alerta por un brote de sarampión en San Javier, que ya dejó cinco casos confirmados y obligó a aplicar medidas excepcionales en la zona. El foco principal está en Colonia Ofir, una comunidad rural ubicada a 15 kilómetros de la localidad, donde varias familias rechazan la vacunación por motivos religiosos.
El alcalde de San Javier, Washington Laco, explicó en diálogo con Informativo Carve del Mediodía que el brote comenzó alrededor del 15 de noviembre, cuando una familia regresó de un casamiento en Bolivia, y consultó en la policlínica local por síntomas compatibles con sarampión. Los análisis posteriores confirmaron cinco casos positivos dentro del mismo núcleo familiar.
A partir de ese momento, el Ministerio de Salud Pública (MSP) activó el protocolo y envió un equipo de infectología desde Montevideo. Además de la familia inicial, un segundo grupo familiar, que los trasladó desde la frontera, se encuentra en aislamiento por precaución, aunque sin síntomas.
Las dos familias bajo internación domiciliaria cumplen la cuarentena con guardia policial en la puerta durante las 24 horas. La medida, según Laco, busca “asegurarse de que no salgan del domicilio”, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de productores rurales que en esta época del año trabajan en plena cosecha.
“Lamentablemente es necesario para evitar la propagación del virus en una comunidad que no accede a la vacunación”, explicó el alcalde. En Colonia Ofir viven unas 40 familias que integran una colectividad de religión ortodoxa con costumbres y prácticas muy cerradas, entre ellas la negativa a vacunarse.
En San Javier y en la escuela rural de la zona se suspendieron las clases presenciales y se mantienen en formato virtual desde que se detectaron los casos. También se restringieron espectáculos y actividades públicas para disminuir la movilidad hasta que se tenga un panorama más claro.
“Es como volver a los tiempos de la pandemia”, reconoció el alcalde, recordando que durante el COVID-19 también enfrentaron dificultades con esta comunidad, que no enviaba a los niños a la escuela por temor a supuestas vacunaciones obligatorias.
Las autoridades del MSP y del Comité de Emergencias de Río Negro se reunirán este viernes para evaluar la situación. Si no aparecen nuevos casos, el 7 de diciembre finalizará el aislamiento de las familias y se espera un retorno gradual a la normalidad, incluidas las clases presenciales.
El alcalde afirmó que, hasta ahora, no hay reportes de posibles casos en otras localidades del departamento. Sí se sabe que familiares de la comunidad que permanecen en Bolivia están cursando la enfermedad, y se les pidió que no regresen al país hasta que ya no sean contagiosos.
La situación continúa siendo monitoreada día a día, con la expectativa de que el brote quede contenido en las próximas semanas.
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