El economista Diego Aboal analizó los datos más recientes sobre trabajo infantil en Uruguay, divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y señaló que, si bien hubo una reducción importante en los últimos 15 años, el fenómeno sigue presente y con diferencias marcadas por edad, género y territorio.
En 2010, un 13,4% de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajaba en Uruguay, lo que equivalía a más de 90.000 personas. En 2024, la cifra bajó a 6,8%, lo que equivale a unos 40.000 niños y adolescentes. “Se redujo a la mitad, pero sigue siendo un problema”, advirtió Aboal.
El economista explicó que el mayor peso del trabajo infantil se concentra entre los 15 y 17 años, donde, aunque está permitido trabajar con autorización, muchas veces se trata de tareas riesgosas o excesivas.
En 2010, los varones eran más del doble que las mujeres en esta situación. Hoy la brecha casi desapareció en trabajos vinculados a la economía (5% varones, 4,9% mujeres). Sin embargo, persiste una fuerte desigualdad en las tareas domésticas no remuneradas, ya que las niñas realizan tres veces más que los varones labores como cuidados y ayuda en el hogar.
El trabajo infantil está tres veces más presente en hogares del 20% de menores ingresos que en los de mayores ingresos. Además, existe una marcada diferencia territorial. De los 40.000 casos actuales, 30.000 corresponden al interior y apenas 10.000 a Montevideo.
“En el 2010, en las zonas rurales la probabilidad de trabajar era el doble que en las urbanas, y esas asimetrías siguen vigentes”, señaló Aboal.
Aboal planteó que el combate a la pobreza debe ser el eje de la estrategia. Apoyar a hogares vulnerables para reducir la necesidad de que los niños trabajen, mejorar la capacitación y los ingresos de los adultos, para evitar que los hijos deban incorporarse al mercado laboral.
También expandir servicios de cuidado infantil (guarderías, CAIF) para permitir que los padres trabajen, y garantizar la permanencia de los adolescentes en el sistema educativo, evitando que la salida temprana reproduzca ciclos de pobreza.
“Uruguay ha avanzado mucho, pero queda camino por recorrer. Resolver la pobreza es clave para resolver el trabajo infantil”, concluyó.
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