Un registro civil original de 1920, certificado mediante acta notarial, afirma la teoría de que Carlos Gardel nació en Uruguay. El documento, presentado por el colectivo Gardel Rioplatense, indica que el cantor se declaró uruguayo ante el Consulado de Uruguay en Buenos Aires, en un acto voluntario y personal que, según los investigadores, constituye la prueba documental más sólida conocida hasta el momento sobre su identidad.
La información fue dada a conocer por Gustavo Colman, integrante del colectivo, durante una entrevista en Informativo Carve del Mediodía, en la que explicó el alcance y el peso jurídico del hallazgo, que será llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Según detalló Colman, el documento forma parte de un libro oficial del Registro Civil uruguayo, con más de mil folios correspondientes a ciudadanos uruguayos que, a comienzos del siglo XX, se documentaron en Buenos Aires al no contar con papeles formales.
En ese contexto, en 1920, Gardel se presentó por voluntad propia ante el Consulado de Uruguay, donde dejó asentados datos clave de su identidad, como su fecha y lugar de nacimiento, su nacionalidad, y filiación. “Es un acto personalísimo. Nadie puede declarar por él ni cambiarlo después de su muerte”, subrayó Colman.
El registro fue realizado cuando Gardel tenía alrededor de 30 años y aún no había alcanzado la fama internacional que lo convertiría en mito. A partir de ese trámite, pudo gestionar posteriormente otros documentos, como la ciudadanía argentina y el pasaporte con el que desarrolló su carrera artística.
Para el colectivo Gardel Rioplatense, el documento tira abajo definitivamente la tesis que sostiene que Gardel nació en Toulouse, ciudad francesa. “Gardel nunca fue francés, no lo fue en vida ni puede serlo ahora”, afirmó Colman, quien calificó esa versión como una “construcción fraudulenta” surgida después de la muerte del cantor.
Los investigadores sostienen que la identidad francesa se impuso con posterioridad, mediante documentos inconsistentes y con intereses económicos de por medio, mientras que la voluntad expresada por Gardel en vida fue sistemáticamente puesta en duda. “Los documentos franceses se sostienen con alfileres; este es un registro oficial, original y verificable”, señaló.
El documento ya cuenta con certificación notarial y se encuentra resguardado a la espera de un peritaje técnico, que podría ser solicitado por el Estado uruguayo. El expediente ha circulado por organismos oficiales y volvió recientemente a Presidencia de la República.
Según explicó Colman, el objetivo es que el Estado uruguayo no se oponga al reconocimiento del documento y permita avanzar hacia una resolución jurídica definitiva. En ese marco, el colectivo lo presentará ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con el argumento de que modificar la identidad de una persona fallecida vulnera derechos fundamentales.
“La discusión no pasa por un ADN, que siempre fue un camino lleno de obstáculos, sino por la identidad legal y la voluntad expresada en vida”, sostuvo.
Gardel Rioplatense está integrado por investigadores y seguidores de distintos países, entre ellos Uruguay, Argentina, España, Colombia y Francia. Lejos de plantear una disputa nacionalista, el colectivo reivindica a Gardel como una figura rioplatense, con doble pertenencia, nacionalidad uruguaya y ciudadanía argentina.
“Gardel eligió dos patrias y es un fenómeno cultural que nos pertenece a todos”, afirmó Colman.
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