El debate sobre cómo incorporar la inteligencia artificial (IA) en la medicina ya está sobre la mesa en Uruguay. En varias partes del mundo estas herramientas se aplican a tareas administrativas, atención primaria, telemedicina, interpretación de análisis e incluso diagnósticos. Ahora, investigadores del Institut Pasteur de Montevideo y de la Universidad de la República buscan dar un paso en esa dirección.
El doctor Leonel Malacrida, responsable de la Unidad de Bioimagenología Avanzada del Pasteur, explicó en Informativo Carve Fin de Semana que el trabajo de su equipo se centra en el desarrollo de microscopía y análisis de imágenes aplicados a la investigación biomédica.
Desde 2020 la unidad combina formación, desarrollo tecnológico y servicios para la comunidad científica, con un enfoque interdisciplinario que reúne biólogos, ingenieros, bioquímicos y físicos.
En ese camino surgió la inquietud de aplicar inteligencia artificial a la interpretación de imágenes biomédicas. “Con la llegada al grupo de un colega especializado en IA, empezamos a ver cómo podíamos usar toda la información que ya teníamos para entrenar modelos que reconocieran características de tejidos y lesiones”, señaló Malacrida.
El equipo trabaja principalmente con modelos de machine learning y deep learning. La meta es que estas herramientas contribuyan al diagnóstico clínico, por ejemplo, en dermatología para detectar melanomas o en estudios pulmonares.
Sin embargo, el investigador remarcó que no se trata de reemplazar al médico. “Estamos convencidos de que esto es un apoyo a la decisión médica. La decisión seguirá siendo del profesional, pero contar con un set de herramientas que lo acompañen en el proceso puede ser clave”, sostuvo.
Sobre las limitaciones, admitió que toda IA tiene márgenes de error, pero que la precisión mejora a medida que se alimenta con más datos y se ajustan los modelos. “Si hoy un sistema acierta un 80%, no alcanza. Hay que empujarlo a 90% o 95%”, explicó.
En cuanto a los plazos, Malacrida adelantó que los primeros resultados podrían llegar en uno o dos años, una vez culminen las tesis de maestría y doctorado en curso. El Hospital de Clínicas será uno de los primeros centros en probar las aplicaciones.
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