En una nueva columna sobre innovación, Sabrina Sauksteliskis, abordó el crecimiento del ecosistema fintech en Uruguay, las experiencias de la región y los pasos que el país debe dar para consolidar la inclusión financiera.
Esta semana se desarrollaron dos eventos que pusieron a Uruguay en el centro del debate sobre innovación financiera: el Fintech Day en Cubo Itaú y el Uruguayan Fintech Summit, organizado por la Cámara Uruguaya de Fintech.
A partir de ellos, la columnista de innovación Sabrina Sauksteliskis analizó en Informativo Carve de Cierre sobre los avances y desafíos del sector.
“El fintech no es un tema de nicho: Nos atraviesa a todos, porque la tecnología está cambiando la forma en que manejamos el dinero”, explicó. El término (una fusión de finance y technology) engloba todo lo que permite pagar, invertir, ahorrar o pedir un préstamo de manera digital y accesible.
Uruguay, dijo, cuenta con ventajas importantes. Una conectividad cercana al 97% de los hogares, buena velocidad de internet, despliegue de 5G, un marco regulatorio que impulsó la inclusión financiera desde 2014 y talento local para desarrollar tecnología. Sin embargo, advirtió que aún “se necesita una regulación más flexible que acompañe el ritmo de la innovación”.
Sauksteliskis repasó algunos ejemplos regionales que sirven como referencia. En Brasil, el modelo del Banco Central fue clave para habilitar la experimentación, con hitos como el sistema de pagos instantáneos PIX, que permite transferencias 24/7, y el esquema de finanzas abiertas (Open Finance), que promueve competencia y mejores servicios. En Argentina, la crisis económica y las restricciones cambiarias impulsaron el surgimiento de fintechs como Ualá, Lemon o Pomelo, enfocadas en la inclusión y la digitalización de pagos.
En Uruguay, destacó el caso de DLocal, el unicornio que conecta empresas globales con consumidores de mercados emergentes, y el rol de plataformas como Prex y Mercado Pago, que acercan servicios financieros a sectores por fuera del sistema bancario tradicional.
Finalmente, Sauksteliskis señaló que las autoridades del Banco Central y el Ministerio de Economía anunciaron en el Summit una hoja de ruta con cinco ejes para los próximos cinco años: impulsar la inclusión financiera real, avanzar hacia la interoperabilidad plena de los pagos —incluidos los transfronterizos— y desarrollar un régimen regulatorio que fomente, en lugar de frenar, la innovación.
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