Los presidentes Donald Trump y Xi Jinping alcanzaron un acuerdo en Busan (Corea del Sur) para suspender aranceles recíprocos y cooperar en materia de comercio agrícola, tierras raras y lucha contra el fentanilo. El entendimiento representa una pausa en la guerra comercial, aunque persisten las tensiones por el dominio tecnológico y militar.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, se reunieron en la ciudad portuaria de Busan, en un encuentro que marcó un giro en meses de tensiones entre las dos mayores economías del mundo. La reunión concluyó con una serie de acuerdos comerciales y compromisos diplomáticos que buscan estabilizar la relación bilateral.
Según lo comunicado tras el encuentro, China accedió a retrasar por un año las restricciones a la exportación de tierras raras, minerales esenciales para la producción de teléfonos, aviones y misiles, de los cuales posee cerca del 70% del suministro mundial. A cambio, Estados Unidos reducirá del 20% al 10% los aranceles impuestos en febrero sobre productos chinos, y China se comprometió a comprar soja estadounidense por unos 350.000 millones de dólares, equivalentes a 12 millones de toneladas.
Trump calificó el entendimiento como “un acuerdo increíble” y destacó que permitirá reactivar la cooperación empresarial entre ambos países. También anunció que planea visitar China en abril para “avanzar en una relación fantástica para un largo período de tiempo”.
Desde Pekín, un portavoz del Ministerio de Comercio confirmó la existencia de “consensos en materia agrícola, antidrogas y de inversiones recíprocas”, con una regulación especial para empresas chinas que operan en territorio estadounidense y firmas norteamericanas radicadas en China.
Durante la cumbre, ambos líderes destacaron la importancia de mantener el diálogo y evitar un nuevo ciclo de represalias. Xi Jinping sostuvo que “las dos principales economías del mundo deben asegurar que las relaciones mantengan el rumbo correcto”, mientras que Trump elogió a su homólogo como “un gran líder de un gran país”.
Sin embargo, analistas internacionales advierten que el acuerdo representa más una tregua temporal que una solución definitiva al enfrentamiento por el dominio tecnológico y la influencia global. Bloomberg calificó el resultado como “una pausa que gana tiempo”, mientras The Economist interpretó el gesto como un “enfundar de armas comerciales”.
En paralelo a la reunión, Trump anunció que Estados Unidos retomará pruebas de armas atómicas, suspendidas desde hace años, argumentando la necesidad de “verificar el estado del arsenal nuclear” ante los recientes desarrollos de Rusia y China.
El mandatario norteamericano afirmó que “Estados Unidos tiene el mayor arsenal de bombas atómicas del planeta” y que no puede “quedarse atrás” frente a los ensayos de otros países.
Xi Jinping valoró la labor de Trump en la mediación de conflictos internacionales y expresó el deseo de que ambos países colaboren para frenar la guerra en Ucrania, que lleva más de tres años. También mencionó la necesidad de fortalecer el papel de China en los procesos de paz en Asia y Medio Oriente.
Escuchá el informe completo del periodista Tomás Friedmann.
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